“Es la mentalidad de jugadores como Durán la que le ha faltado históricamente a los jugadores de la Selección Colombia, una mentalidad ganadora donde no se sientan inferiores a nadie”.
Los periodistas deportivos, así como todos los que vemos los toros desde la barrera, están en la mejor posición posible: ganan con cara y con sello. Si el equipo que les gusta gana, se apropian del triunfo y lo celebran como si hubieran tenido incidencia directa en el resultado y si el equipo pierde, se salen de la responsabilidad y les achacan la culpa a los jugadores, al entrenador, a su falta de carácter y preparación.
Es lo que se ve permanentemente con los partidos que juega la selección Colombia y sus jugadores. Analistas deportivos que, muchos en sus vidas ni siquiera han sido futbolistas profesionales, hablan con tal propiedad sobre cómo deben jugar los futbolistas colombianos que pareciera como si tuvieran la solución mágica para que Colombia sea un equipo ganador y luche permanentemente por mundiales y copas América. La lengua puede con todo como se dice coloquialmente.
Una de las cosas que más daño le hace al fútbol nacional es la forma como nosotros mismos, como colombianos, criticamos a nuestros futbolistas en lugar de apoyarlos y sentirnos orgullosos de su representación. Nos canibalizamos.
Hace días, con desazón, leía comentarios negativos de periodistas colombianos sobre la joven promesa Jhon Jáder Durán, que, con 20 años, es el “9” del Aston Villa, uno de los equipos más grandes de Inglaterra. Incluso equipos como el Arsenal han ofrecido más de 60 millones de dólares para hacerse con sus servicios.
Los periodistas colombianos le critican a Durán su actitud “sobradora” y “arrogante”, critican que se enoje cuando el técnico lo sustituye, también su celebración que ya es sensación entre toda la hinchada “villana” donde ya es ídolo. Lo critican, a pesar de que, siendo suplente en el Villa, es uno de los goleadores del equipo. Un delantero efectivo y original.
Es la mentalidad de jugadores como Durán la que le ha faltado históricamente a los jugadores de la Selección Colombia, una mentalidad ganadora donde no se sientan inferiores a nadie y por el contrario se sientan capaces de ganarle a cualquiera. El futbolista colombiano ha gozado de talento, pero no de esa “garra” como dicen los charrúas, para sobreponerse a las derrotas y darle vuelta al resultado como lo hicieron los uruguayos con Colombia el pasado viernes, en partido clasificatorio para el Mundial de 2026.
Esta nueva generación de futbolistas está empezando a tener esa mentalidad ganadora y por eso hay que arroparlos, darles todo el apoyo para que en cada partido den lo mejor por su Selección.
Que Colombia le ganara a Brasil lo veíamos como imposible y que le remontara un resultado a la pentacampeona más todavía. Esta selección lo logró con mentalidad que falta seguir puliendo para dar la pelea hasta el final y así no ocurran cosas como las del pasado partido contra Uruguay que después de empatarle en tiempo extra a los uruguayos, los colombianos creyeron que el partido había terminado. No los uruguayos, que saben que los partidos terminan cuando el árbitro lo dice, y metieron en el último minuto el gol de la victoria contra todo pronóstico. No por nada los uruguayos son dos veces campeones mundiales.
Sí prefiero que en la Selección Colombia haya más “Duranes” que no se dejen vencer, que luchen y quieran ganar, porque así es que podemos competir de verdad; no como los jugadores de vieja guardia, que, a pesar de su talento, eran demasiado folclóricos y sin convicción de poder ganar algo importante para su país.
Esta generación ilusiona y sabe que está para cosas grandes. Hace días le preguntaban a Richard Ríos si estaba listo para jugar en Europa (suena para el Manchester United) y respondió que desde hace rato. Esa es la mentalidad que necesitamos para ganar, así no les guste a muchos analistas deportivos que prefieren el folclor a los resultados.
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