Juan Vicente: 30 años de una gesta

El partidor electoral era claro en junio del 94: los candidatos eran Juan Vicente Lopera por el partido conservador ligeramente maquillado con un movimiento llamado Entrerríos Unido y Bernardo Ruíz Velásquez por el partido liberal.


Vámonos amigos lectores de Al Poniente para ese pueblito ubicado muy, muy al centro de Antioquia y que apodan «La Suiza Colombiana»: Entrerríos. Ya creo que en varias columnas he dejado ver mi complacencia por el territorio que me dio la bienvenida al mundo en 1900 qué importa.

De los 12 mil habitantes hoy de esa comarca, tal vez 4 mil no existían el 30 de octubre de 1994, no habían aterrizado en el planeta y a esos les quiero compartir una historia, de esas políticas que en muchos pueden despertar pasión. Todos los pueblos las tienen, y contarlas es bueno así sea para matar el tiempo.

Hace tres décadas hoy, ganó Juan Vicente Lopera Sánchez la alcaldía, la cuarta en la era de elecciones por voto popular.

A Juan Vicente, como simpáticamente dicen por ahí, no lo conocían ni en la casa. Y creo que en parte tenían razón pues apenas hizo su primaria en el pueblo y con doce años se trasladó a La Estrella a estudiar su bachillerato y más luego a Medellín donde se hizo profesional.

Por aquellos días de 1994 vivía aún Fabio Palacio Pérez, veterano dirigente conservador del pueblo que había padecido sendas derrotas políticas y que afirmaba que ese año pondría alcalde godo, así que al mejor estilo de Álvaro Uribe que sacó del anonimato a Iván Duque para hacerlo presidente, don Fabio fijó su mirada en el hijo de don Ernesto y con mentiras le hizo creer que podría ser el Alcalde. Juan le compró el cañazo a Palacio.

Hasta ahí todo bien, todo normal. El partido liberal repatrió a Bernardo Ruíz Velásquez. Repatrió digo, porque si bien Ruíz había nacido en el pueblo, personal y políticamente había crecido por fuera del territorio alcanzando muchísimas posiciones, entre otras la de congresista por 12 años.

El partidor electoral era claro en junio del 94: los candidatos eran Juan Vicente Lopera por el partido conservador ligeramente maquillado con un movimiento llamado Entrerríos Unido y Bernardo Ruíz Velásquez por el partido liberal. En algo tenían qué parecerse: no gozaban de grán reconocimiento social.

Y arrancaron confeccionado listas al concejo. Fabio Pérez Martínez encabezó la liberal y este servidor, la conservadora. En esos 18 nombres estaba la esperanza de cada cual para llegar a casas, veredas y barrios a conquistar el favor popular y traducirlo en votos efectivos en ocho horas de un último domingo de ese octubre.

La juventud y tiempo disponible de Juan Vicente fueron armas a su favor. Claro, muy entendíble que el de 27 años rompiera hielos sociales con mayor facilidad que su contrincante ya muy adulto y con otro tipo de ocupaciones que le reclamaban su atención. Jocosamente cuenta ahora Juan Vicente que al llegar a las veredas a pedir el voto la gente le preguntaba que quién era el otro señor y como él tampoco sabía mucho, respondía que era un político muy importante y que su papá, don Ernesto, decía que era muy buena gente. Remata su anécdota Juan diciendo que a lo último optó por no mencionar nada de su contrincante pues no era justo que tuviera que hacer campaña por los dos.

Para no alargar la historia que por buena que sea puede cansar, remato con contar que a las 5 de la tarde se contabilizaron 1600 votos, de los que 830 dieron como ganador a Juan Vicente que viéndose inmerso entre un gentío que coreando su nombre le pedía unas palabras desde el balcón de su casa, y de susto hizo lo que LLeras Restrepo el 19 de abril de 1970: mandó a dormir a la gente y a no tomar. Ese fue su lánguido discurso de triunfo.

En el desaparecido periódico liberal El Mundo, el de los Gaviria de Frontino, que daban por descontado el triunfo en su casa del veterano dirigente liberal guerrista Bernardo Ruíz, tuvieron que doblarse para informar bien, y como no habían tenido la precaución de indagar por la persona de Lopera Sánchez, me contactaron al día siguiente pues no creían aún que 830 votos eran más que 770. Opté por enseñarles matemáticas, después les dibujé a Juan Vicente y procedieron a recomponer su titular de prensa.

Bueno amigos que me leen: ya me inventaré otra efeméride para contarles historias de aquel primer gobierno local de Juan Vicente. Por ahora déjenme cerrar con esta frase: hay Juan Vicente pa’ rato. Voy a patentarla.

Norman Mesa Lopera

Comunicador Social de la Católica del Norte Fundación Universitaria. Activista de la cooperación como herramienta de crecimiento social y observador apasionado de la política. Las discusiones las termino con un silencio reflexivo.

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