Una carta desde mi curul, pero escrita con el corazón
Hola, parceros de Itagüí, les escribo sin rodeos, porque lo que viene no es cualquier cosa. Se acercan las elecciones del Consejo Municipal de Juventud (CMJ), y quiero que esta vez sea diferente. Que esta vez ustedes digan: “Sí, este futuro es mío, y lo voy a pelear con mi voto”.
¿Y si esta vez no nos quedamos callados? La última vez que hubo elecciones del CMJ, casi nadie fue a votar. Las redes estaban llenas de indignación, las calles vibraban con el #EstallidoSocial, pero las urnas… vacías.
¿Cómo así que gritamos en la calle, pero no decidimos en las urnas?
No los culpo. Sé que muchos sienten que votar no sirve, que todo está podrido, que las promesas son puro cuento. Pero les voy a decir algo que puede doler: cuando no votamos, le dejamos el camino libre a los mismos de siempre. A los que no nos entienden. A los que no nos representan.
Nos prometieron futuro, y nos dieron miedo
¿Se acuerdan de todas esas promesas que nos hicieron? Paz, oportunidades, educación, empleo… ¿Y qué tenemos hoy? Más violencia, menos oportunidades, más jóvenes sin rumbo. En barrios como los nuestros, ser joven se ha vuelto un riesgo.
Esto no pasó por accidente. Es el resultado de decisiones políticas tomadas sin nosotros. Y si no entramos a jugar, otros seguirán decidiendo por nosotros. El CMJ no es un adorno, es una herramienta.
El Consejo Municipal de Juventud no es una sigla bonita para colgar en la pared. Es un espacio donde podemos decidir sobre lo que nos importa: educación, salud mental, cultura, deporte, empleo, seguridad. Pero si no votamos, si no participamos, esos temas se discuten sin nosotros.
¿Y luego nos quejamos de que nadie nos escucha? Pues claro, si no estamos ahí.
De la rabia a la acción
Ustedes ya demostraron que tienen fuerza. Que pueden organizarse, marchar, alzar la voz. Ahora toca dar el siguiente paso: convertir esa rabia en propuestas. Esa energía en decisiones. Esa protesta en participación.
La calle es poderosa, pero el voto también. Y aquí, en Itagüí, ustedes pueden hacer que las cosas cambien de verdad.
No más decisiones sin jóvenes
Desde mi curul he visto cómo se hacen proyectos “para jóvenes” sin preguntarles a los jóvenes. Cómo se invierte en cosas que no les sirven. Cómo se repiten errores porque ustedes no están en la mesa.
Por eso les hablo como ciudadano, como alguien que cree en ustedes: participen. Voten. Propongan. Exijan. No se queden viendo desde la tribuna.
Sus derechos no se mendigan, se conquistan
Los derechos no se consiguen con likes ni con hashtags. Se ganan participando, decidiendo, exigiendo. Y el CMJ es una puerta abierta para que ustedes entren y tomen el control.
Pueden elegir representantes que sí los entiendan. Que vivan lo que ustedes viven. Que peleen por lo que ustedes sueñan. Que conviertan el CMJ en una voz fuerte, clara y rebelde.
¿Van a dejar que otros decidan por ustedes?
No puedo obligarlos a votar, pero sí puedo decirles esto: el futuro los está mirando. Y lo que hagan hoy va a marcar lo que pase mañana.
No lo dejen en manos de otros. No se queden esperando. Salgan, voten, movilícense. Reclamen lo que les pertenece.
Con respeto, con admiración y con toda la fe en ustedes,
Su concejal, que cree en la fuerza de la juventud.
La democracia no se mira desde la grada. Se juega en la cancha. Y ustedes ya tienen el balón.
Comentar