Antelespejo, podcast, en el 2017 conversó con José Muñoz. Antes de escuchar a El Relicario, es necesario hacer un breve contexto.
El pasado seis de junio murió José Muñoz. En un comunicado, el 7 de junio, la familia expresó: “Con el corazón cargado de tristeza, pero firmes en la defensa de nuestro patrimonio, la familia Muñoz comunica el sensible fallecimiento de nuestro padre, José Muñoz, la voz fundacional de Los Relicarios, a los 93 años”.
Los medios de comunicación y las redes sociales hicieron los merecidos homenajes. En una nota informativa, publicada por El Colombiano, aparece un aparte del comunicado que fue publicado en el perfil de Instagram de Los Relicarios:
“En estos momentos de duelo ciertos entes privados y gubernamentales están facilitando actividades de grupos que intentan apropiarse indebidamente del nombre de Los Relicarios”.
Por lo tanto, la agrupación hizo un llamado a las autoridades para que se haga respetar el legado de José Muñoz.
Pero, si somos sensatos, algo así era de esperarse. Pues, las canciones de Muñoz exaltan los valores fundamentales en la cultura paisa: la borrachera, el desamor y estafa. Por ejemplo, en la canción “El chofer del carro” dice: “Se metió en el bolsillo mi billete de cien/ Y me dijo: ‘No te preocupes, que luego te lo devuelvo’/ Pero nunca lo vi más, ni siquiera el rastro/ Me estafó el chofer del carro, me dejó sin un centavo”. O la canción “La trifulca” dice: “Las copas volaban, los puños golpeaban /Las palabras hirientes, como dagas cortaban /La trifulca se desató, sin control ni razón /Solo la ira y el rencor, en una batalla sin fin”.
El artista fue velado en Campos de Paz. Las exequias se realizaron en la capilla La Asunción. Posteriormente, fue cremado. Y los días siguientes, todos aquellos que se tomaron una foto con Muñoz, subieron las imágenes a sus redes sociales. El pretexto: darle una última despedida al maestro. Aunque, más que un homenaje, era un robo a la popularidad de Muñoz. De nuevo, ese gen paisa de buscar siempre ser más importante que útil.
Bueno, como buen paisa, voy a contar el día en que conocí a Muñoz. En el 2017, me encontré con Muñoz en la Biblioteca de Girardota. En ese entonces funcionaba la Biblioteca. Luego, la cerró la administración de Diego Agudelo. Administración que dejó en alto el descaro de los hampones con cara de vendedores de seguros bancarios. Hampones que extirparon el cerebro de un pueblo: la biblioteca.
En fin, producto de la conversación con Muñoz quedó: Antelespejo, podcast.
Todas las columnas del autor en este enlace: Juan Camilo Betancur Echeverry
El podcast se encuentra en soundcloud en el siguiente link:
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