Iván Cepeda y Otty Patiño: dos visiones encontradas en el diálogo con el ELN

En la dinámica de los proceso de paz las delegaciones negociadoras diseñan y aplican una serie de estrategias que forman parte de la visión que le buscan imprimir al diálogo. Así, las delegaciones libran un pulso constante en, por lo menos, tres escenarios: 1). Erosionar las posiciones de la contraparte, 2). Lograr que los acuerdos se queden en un determinado terreno ideológico o programático, y 3). Alcanzar un posicionamiento favorable en la opinión pública.

Y ciertamente, el más reciente proceso de diálogo con el ELN no es una excepción, pero lo particular en este proceso es que parece que, tras la publicación del primer acuerdo sobre el desarrollo del proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz, en la estrategia negociadora del gobierno se generó un evidente corto-circuito entre dos de sus actores centrales: Iván Cepeda y Otty Patiño.

Cepeda, la visión de un optimista histórico

El senador Iván Cepeda es el “alma y nervio” de la delegación del gobierno. No solo funge como su principal operador político ante sectores del empresariado o la clase política, sino que también tiene juego en la comunicación de los avances y en medio de las crisis se ha convertido en un “apaga incendios”. Y al publicarse el primer acuerdo no desestimó su importancia como un “canal para movilizar a muchos sectores” y, en referencia a la oposición, considero que minimizar su significado era una valoración “mezquina e inútil”.

El optimismo de Cepeda se cimenta en su papel inicial para avanzar en el descongelamiento de la Mesa en los primeros meses del gobierno Petro, y eventualmente, cuando asumió su rol en una delegación donde a pesar de no ser jefe en propiedad -posición que Petro le delegó a dos de sus antiguos compañeros de lucha-, nunca ha dejado de figurar como un actor central. Para el colombiano interesado en seguirle el ritmo al proceso el senador se ha convertido en el rostro que identifica al gobierno en la negociación con la guerrilla.

De ahí que el legado político de Cepeda y su viabilidad como un candidato presidencial que movilice a muchos sectores en el 2026 dependerá, en mayor medida y de forma razonable, del progreso del diálogo en el marco de un Acuerdo Nacional. Una senda similar a la que ya recorrió Humberto de La Calle tras el proceso con las Farc.

Otty Patiño, la visión del “policía malo”

En las últimas semanas la posición del comisionado para la Paz, Otty Patiño, se ha endurecido. Según Patiño, el ELN mantiene “una indecisión entre la paz o mantener la violencia”. Esta indecisión le genera tanta desconfianza que previo a la firma del primer acuerdo exigió vía comunicado público su condicionamiento al abandono del secuestro con fines económicos; sin embargo, su reclamo pasó de agache en la delegación ya que el acuerdo se suscribió sin condicionamientos o con líneas rojas para la guerrilla.

El comisionado perdió el pulso y optó por no salir en la fotografía.

Tras perder ese pulso minimizó la importancia del acuerdo y en contravía a la visión optimista de Cepeda consideró que “el avance no fue mayor”. A esta ausencia de optimismo se suma su constante “tire y afloje” con Antonio García -primer comandante del ELN- en medio de una confrontación twittera que en nada contribuye a generar confianza. Esa visión dura y poco optimista del comisionado lo va poniendo en la posición del “policía malo”.

¿Acaso, esto forma parte de una estrategia de negociación o por el contrario es una evidencia del “corto-circuito”?, ¿fue mezquina la apreciación de Patiño en relación a la importancia del primer acuerdo logrado en la Mesa?, ¿no existe un diálogo fluido entre los principales responsables de la política de paz del gobierno?

Al parecer, el comisionado tiene fijadas sus expectativas en que en su VI Congreso el ELN defina si busca la paz o mantiene la violencia.

A estas dos visiones, hasta cierto punto, contrapuestas, se suma la posición del presidente Petro, para quien, el proceso representa una oportunidad relevante en la perspectiva de llegar a un Acuerdo Nacional; eso sí, sin desconocer dificultades específicas y las reiteradas críticas a la unidad de mando de la guerrilla.

Habrá que ver si la activación del modelo de participación en el marco de la discusión sobre  “los ejes de las transformaciones” será un factor dinamizador para dirimir estas visiones encontradas en el seno del gobierno y para igualmente avanzar en un Acuerdo Nacional que, por el momento, no ha salido del discurso y la retórica.  

*En la Plataforma de seguimiento al proceso de diálogo entre el gobierno y el ELN -Isegoría- se puede encontrar una amplia serie de análisis, columnas, boletines, documentos académicos, y reportajes periodísticos relacionados con este proceso y la política de paz total. Toda esta información se puede consultar en el sitio https://isegoria.udea.edu.co/


Todas las columnas del autor en este enlace: Fredy A. Chaverra Colorado

Fredy Chaverra Colorado

Politólogo, UdeA. Magister en Ciencia Política. Asesor e investigador. Es colaborador de Las2orillas y columnista de los portales LaOrejaRoja y LaOtraVoz.

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