“Los médicos no somos malhechores ni criminales, y los abogados tampoco somos, ni mucho menos, vulgares tinterillos cazarrecompensas o buscapleitos que van de puerta en puerta buscando cómo aprovecharse del dolor ajeno”.
En días pasados, supe de una invitación que estaba haciendo la Barra y Colegio de Abogados de Ciudad Juárez en México. La desafortunada invitación alentaba a sus asociados y al público en general a asistir a un «diálogo jurídico» con el tema «Iatrogenia: Cuando Los Médicos Matan. Estudio de casos«, a cargo del exponente Dr. Víctor Manuel Reyes Gloria. Como es mi deber, no solo por ser un opinador, sino también por ser un defensor tanto de la profesión jurídica como de la médica, debo hacer ciertas aclaraciones al respecto.
Primero, qué falta de tacto y consideración con el gremio de la salud y con el mismo gremio del derecho. ¿Cómo es posible que una Barra Jurídica de nuestro respetado país hermano se refiera en esos términos a la profesión médica, induciendo a la confusión a la población en general y al desprestigio de una profesión ya mermada por la desinformación de los medios? A esto se suman los atentados contra los médicos que trabajan en las zonas rurales, que frecuentemente terminan en tragedias, la falta de condiciones dignas de trabajo que repercute en una mala atención para los pacientes y empeora aún más un sistema de salud colapsado por la combinación fatal (pensé en decir inverosímil, pero créanme, todo es posible) de falta de gestión, corrupción rampante y abulia política. Pero no crean que esto ocurre solo allá. Cada vez que hablo con mis colegas mexicanos, me convenzo de que esas enfermedades sociales son un padecimiento común, tal vez, en toda Latinoamérica.
Qué falta de consideración también con el gremio de juristas mexicanos, quienes deben soportar, pensaría yo, con algo de estoicismo, la sensación de vergüenza ajena que necesariamente tienen que sacudirse con el argumento lógico de que no todos piensan del mismo modo.
Segundo, el término iatrogenia, que proviene del griego y significa «generado por el médico» (iatros, que significa médico, y génesis, que significa origen), hace referencia a cualquier eventualidad adversa desencadenada por un acto médico que provoca una lesión al paciente, incluyendo su máxima manifestación, la muerte. Es claro para todos que la medicina es una disciplina científica cuya práctica no carece de riesgos, pero estos riesgos son calculados y controlados.
Cada caso debe ser estudiado en su particularidad, porque los resultados adversos no siempre son atribuibles a una conducta irresponsable por parte del médico tratante. Entre otras cosas, porque con frecuencia los mismos pacientes son responsables del descuido de su propia salud, y el mismo sistema de salud, con sus barreras de acceso y falta de oportunidad en la atención, ahonda aún más la problemática.
Los médicos no solo debemos cargar con esa responsabilidad, sino que lo hacemos con la entereza que corresponde al privilegio de ejercer esta hermosa profesión, pero no podemos soportar el vilipendio justificado, o mejor dicho, disfrazado por un supuesto interés legítimo de hacer academia, investigación y cultura de legalidad (como reza la invitación), cuando en realidad decae, vulgarmente, en la más baja forma de hacer publicidad a costa del sufrimiento de los pacientes y de los mismos médicos: Este es un triste ejemplo de amarillismo, en otras palabras, puro estiércol publicitario.
Claro que hay que investigar los eventos adversos y los resultados indeseados en la práctica médica, y hay que hacer esfuerzos permanentes para mejorar la calidad de la atención. Claro que hay que hacer academia y dar la discusión de estos temas sensibles, pero con la más alta dignidad, tanto para los médicos como para los juristas, evitando así caer en el precipicio de la bajeza profesional.
Los médicos no somos malhechores ni criminales, y los abogados tampoco somos, ni mucho menos, vulgares tinterillos cazarrecompensas o buscapleitos que van de puerta en puerta buscando cómo aprovecharse del dolor ajeno.
P.D. No dude en escribirme sus comentarios a mi cuenta de X @sanderslois.
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