IA en campañas políticas, más allá de las fake news

Las campañas políticas modernas se libran en tres planos conocidos: aire, tierra y digital; sin embargo, son las inteligencias artificiales las que le están poniendo oxígeno a todas estas dinámicas al punto de transformarlas. En 2024, más del 83% de los procesos electorales en el mundo utilizaron IA en al menos una de sus fases, según el Panel Internacional sobre el Entorno de la Información. Ya no es tendencia, es hegemonía. Las campañas dejaron de ser intuición para convertirse en predicción.

La IA no solo escribe discursos, detecta emociones o analiza big data; es la mente extendida del estratega, el oráculo que pronostica escenarios, el hacker emocional que sabe en qué momento hablarle al votante, con qué tono, por qué canal, y con qué mensaje. Urgente trascender el pobre y débil camino de usar las IA solo para crear noticias falsas.

Desde nuestra firma Jaramillo Luján lo confirmamos en la cotidianidad de nuestro acompañamiento a procesos de liderazgo público en el continente: la IA, usada con criterio estratégico, no reemplaza al ser humano, lo potencia. Pero cuando se reduce al uso simplista del ChatGPT o a generar imágenes llamativas para redes sociales o noticias falsas, se desperdicia el verdadero oro: la predicción, la personalización profunda, la movilización inteligente, ingredientes todos indispensables para poder potencializar y acercar a la victoria a ese proyecto.

Gracias a las inteligencias artificiales hoy podemos seleccionar con precisión a clústeres de votantes, perfilar arquetipos psicológicos, detectar cambios de ánimo colectivo en tiempo real y ayudar a decidir, por ejemplo, qué tono usar en un barrio, a qué hora publicar un reel, o qué responderle a un líder comunitario; y lograr con ello un efecto que catapulte la iniciativa.

En Brasil, la campaña de Lula Da Silva 2022 usó IA para adaptar más de 1.200 versiones de su mensaje en diferentes dialectos, tonos e intereses. En Argentina, la campaña de Javier Milei cruzó datos de consumo en redes con participación electoral histórica, logrando precisión quirúrgica en sus ejes discursivos. En Colombia, el caso Petro 2022 combinó machine learning y predicción de emociones en su estrategia de expansión territorial. Ni qué decir de las campañas en Estados Unidos 2024 y las que se libran este 2025 en países como Chile u Honduras.

El problema no es la herramienta, es la ética de quien la usa. Como advierte el sabio Yuval Harari: “Quien controle la IA, controlará el discurso político del futuro”. Los desafíos son enormes como la capacidad que tiene hoy el deepfake para crear en minutos un video falso imposible de detectar a simple vista y que permea el criterio y se aloja en el corazón decisión de los electores o sus audiencias validadoras. Otro efecto lo propicia la llamada burbuja algorítmica que aísla al votante, lo reafirma, lo envenena de sí mismo y lo elogia sin mayor apertura a la divergencia; así mismo la opacidad de los algoritmos impide auditar sesgos y la manipulación emocional masiva, si no se regula, convierte la democracia en espectáculo controlado.

Además, está el rol crucial del prompt, esa “orden quirúrgica” que determina qué produce la IA y cómo. En campañas, un prompt mal formulado puede ser inocuo; uno bien diseñado puede transformar votos indecisos en adhesiones firmes y fortalecer la estrategia.

¿Queremos seguir creyendo que esto es ciencia ficción? ¿O aceptamos que gobernar la IA es el nuevo acto de soberanía política?

El futuro de la política no está en la ideología, está en el dato. No está en el carisma, está en la predicción. Y no está solo en el discurso, está en quién lo diseña, lo dirige y lo distribuye. La IA no es neutral, pero puede ser justa. Si no la entendemos, nos gobernará sin pedir permiso.

Miguel Jaramillo Luján

Magíster en Gobierno de la Universidad EAFIT; Máster Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, España y Licenciado en Comunicación y Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).

Autor del libro Marca Poder, el Poder como Marca editado por Planeta. Elegido, por segunda vez consecutiva (2019 y 2020), entre las 100 personas más influyentes de la política en América Latina por la Revista Washington Compol. Ganador del Napolitan Victory 2020 y 2021 a campaña regional del año, mejor campaña de gobierno en 2018 y nominado a campaña del año en 2021. Ganador en los Premios Innopolítica 2021 a mejor campaña municipal, mejor campaña a cargo legislativo y mejor campaña a organismo de control. Ganador de 5 premios de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos Acopol 2019 y 2020.

En España, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Perú, México y Colombia ha laborado como consultor, estratega, docente y asesor. Entrenador de equipos de gobierno en varios lugares del continente, con líderes y gobernantes que han sido elegidos como los más populares en sus territorios por firmas globales de investigación como Invamer Gallup y Yan Haz.

Docente universitario y conferencista en varios eventos internacionales sobre gobierno, políticas públicas, marketing, imagen y comunicación. Director y Ancor de www.jaramillolujan.com y del portal de formación www.marketingpoliticoygobierno.com premiado por el gremio de la consultoría política en 2020 y como Blog Político del año en los Napolitan Victory Awards 2021.

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