¿Será posible que alguien le hable al oído a aquellos “primera línea” que ahora mismo amenazan con otro estallido social versión 2025, y les haga entender que hay maneras distintas a la violencia, para acordar acciones que mejoren la convivencia y de paso se consigan más equidad social?
Por esas cosas del destino, tuve el privilegio de estar, en calidad de observador, en un foro en el que los candidatos de varios partidos políticos y grupos independientes proponían a estudiantes de secundaria de un colegio privado en mi pueblo Entrerríos, sus programas para integrar el selecto grupo de siete personas para el Consejo Municipal de Juventud, CMJ, 2026 a 2029.
Había representantes de los partidos tradicionales reinantes en la comarca, quiero decir, el Liberal y el Conservador, también del Centro Democrático y unos independientes. De esa energía que emanan esas edades de entre 14 a 28 años, por momentos creí, y quise contagiarme, pero no, …es que ya 58 abriles que sumo en mi biografía, dan para entender que esa generación tiene una visión de país y sociedad muy, pero muy distinto de aquella que en algún momento de la vida enarbolamos. Lamenté mucho que el Pacto Histórico o algún partido afín al gobierno Petro, no hubiera inscrito lista. Es que, qué bueno saber lo que piensa esa generación que apenas comienza a interesarse por temas políticos y sociales, y, sobre todo, saber cómo interactúan con quienes, en teoría, están en orillas ideológicas distintas.
Inclusión, educación, cómo hacerle el quite a la drogadicción juvenil, fueron los temas que más desarrollaron.
Ver un público interesado en conocer las propuestas, en interrogar, y unos candidatos listos a responder con soltura y altura; hubo hasta contrainterrogatorios que enviaban un mensaje claro de que esta generación no está dispuesta a tragar entero. Como en escenarios así, hubo “calenturas” y momentos en los que la razón parecía darle paso a la emoción; pero también hubo espacios para estrechar las manos del oponente, de zanjar diferencias y hasta de pedir disculpas. Hasta la humildad encontró su espacio.
Alguien, que también hizo acompañamiento a los de su partido, me comentó en voz baja: ¡qué bueno que estos chicos y chicas pudieran conservar esa independencia de los “gamonales políticos” líderes de los partidos que los avalaron! Estuve de acuerdo. Sabe uno que, de alguna manera, los CMJ, y la obligada campaña, son un buen escenario para hacer semilleros de los partidos políticos.
Ese escenario democrático y maduro, sí que me hubiera gustado que aquellos que hoy hacen Consejos de ministros o comisiones del Congreso de la República, lo hubieran presenciado; a lo mejor, hasta vergüenza les habría producido compararse con el comportamiento de los jóvenes que sí saben debatir, sí hacen propuestas aterrizadas, y sí ponen el bien común por encima de los personales.
¿Será posible que alguien le hable al oído a aquellos “primera línea” que ahora mismo amenazan con otro estallido social versión 2025, y les haga entender que hay maneras distintas a la violencia, para acordar acciones que mejoren la convivencia y de paso se consigan más equidad social?
Amanecerá y veremos. Por ahora me contento con que: “hay esperanza con estos jóvenes”
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