El martes se robaron una bicicleta en Plaza Mayor. Pero claro, esto parece no importar del todo porque estamos en pleno CLACSO, en el Foro de Movilidad y ni hablar del MDE15. Pero los dueños de lo ajeno no participaron de la agenda académica de los eventos mencionados, sino que a lo sumo se acercaron a los lugares a hacer de las suyas, porque claro, el luchar por sobrevivir no debe de tener descanso. (Esta no la dijo Mujica, es sentido común).
El tema de la bicicleta en sí genera polémica porque estamos en pleno evento internacional y si no hay garantías para cuidar un simple vehículo de estos qué será de los asistentes. El ardor de la llaga aumentó cuando la víctima del robo acude al día siguiente a las instalaciones de Plaza Mayor, más exactamente a la oficina de seguridad, y allí le dicen que en el centro de convenciones de la ciudad no hay biciparqueaderos.
Después de darse cuenta del robo, este asunto se publicó en Twitter para anunciar lo indignante dentro del marco de indignación en el que se podía entrar, ya que mientras en las instalaciones de Plaza Mayor se estaba trabajando en la construcción del pensamiento latinoamericano y la concepción de seguridad y convivencia, afuera estaban los ladrones usando todos los medios para llevarse la bicicleta gris que al final coronaron.
En las redes se habló de la bicicleta someramente, incluso el doctor Carlos Cadena y varios de su equipo de la ciudad verde, comenzaron a buscar alternativas para ayudarle al ciudadano víctima del robo. Pronunciaciones no ha habido muchas, Plaza Mayor llegó a decir que sí tiene biciparqueaderos pero que estos no cuentan con la seguridad, es decir, que ellos no se hacen responsables de los vehículos que los citadinos amarren a los tubos coquetos que hay al frente de Aviatur y de la Oficina para las alianzas Público Privadas.
Dos días más tarde, aún sin saberse nada del vehículo de dos ruedas, porque ni videos ni intentos por parte del centro de convenciones por esclarecer el hecho ha habido, aún en el CLACSO e irónicamente en el Foro de la movilidad, en el cual se hablaba del uso responsable de la bicicleta y de los derechos y deberes que tienen los que se transportan en esto, los trabajadores de Espacio Público empezaron a retirar las bicis que estaban amarradas a los coquetos tubos, todo esto como control. Respetable y hasta bien hecho. Pero la duda aumenta.
A los hechos de los trabajadores de Espacio Público, le siguió el movimiento que se generó en las redes por este particular hecho, a lo que desde la cuenta de Twitter de la Alcaldía de Medellín, aclararon la actividad de los servidores y dijeron que estaban haciendo un control de venteros ambulantes. Nuevamente, respetable. Sumado a esto, también dicen o más bien afirman que los tubos coquetos no son biciparqueaderos «oficiales» y que Plaza Mayor tiene cicloparqueaderos, cuando dos días antes habían dicho que no, ya que sí, que no, que sí, que no, que sí, pero el caso, es que de la bicicleta no se sabe nada, a lo que ya se suman dos misterios, a dónde fue a parar este vehículo de dos ruedas y si el centro de convenciones de la ciudad tiene o no un lugar para poner bicicletas.
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