Entiendo la rabia con las FARC y las ganas de muchos en que se acabe ese llamado “Paseo” en el que se encuentran los guerrilleros en la Habana, es lógico que haya ira y dolor por lo sucedido en el Cauca la semana pasada, fue un crimen de guerra con sabor a traición y engaño, lo que duele más.
Después de ese hecho los comentarios en contra del proceso de paz han llegado de forma más constante a mis oídos, se han multiplicado también en las redes sociales y en cuanto espacio se habla del tema, y es que los enemigos y críticos del proceso lo han sabido aprovechar, lo que pienso es que esa gran cantidad de personas que están exigiendo mano dura y terminar con los diálogos son por lo general gente muy pesimista, como mis tres tíos uribistas, con quien tengo el gusto de vivir. También por lo general son de ideología conservadora, con un enfoque iusfilosofico desde el realismo jurídico clásico radical y claro desde lo económico en su mayoría son neoliberales, es decir que su ideal es que el Mercado y la libertad privada sea máxima! (Llegue hasta donde sea necesario) y el Estado hasta donde sea posible ó hasta el cumplimiento de lo más fundamental para proteger nuestra nación: Seguridad, soberanía, crecimiento y apertura económica, Educación, salud y otras cuantas cositas pero que el Estado tenga mínimas funciones. En lo más profundo su principal razón para estar en contra de que se llegue a un acuerdo con las FARC o el ELN, es la posibilidad de que estos actores entren a la vida política, y tomen posiciones de poder (cosa que veo difícil a corto y mediano plazo) Temen entonces que nos convirtamos en un estado socialista, “castrochavista” y esto da risa.
Pero bueno, supongamos que Santos le da fin al proceso de Paz, Santos que es de ideología más liberal-progresista, con un enfoque iusfilosofico que cambia según su conveniencia, pero en la mayoría de veces se acerca más al Neo constitucionalismo, y desde lo económico traiciona a Uribe en lo Neoliberal, para implementar un Gobierno de Tercera Vía ó Neoestructuralismo-Poskeynesiano, es decir: El Estado hasta donde sea necesario brindando mayores oportunidades para que haya equidad social y el Mercado hasta donde sea posible, sin caer en el extremo de afectar la libertad privada. Supongamos pues que se vuelve a presentar un ataque o secuestro y se decide suspender los diálogos o que los Colombianos voten en su mayoría negativo el referendo refrendantorio de los acuerdos ó que se paralicen y no se logren llegar a acuerdos en el Gobierno de Santos y suba a la presidencia Alejandro Ordoñez y el 8 de agosto del 2018 le dé fin a los diálogos… bueno piensen en cualquier supuesto, el caso es que se sigue la guerra, se retrocede al modelo de solución única (Ganador-Perdedor), dejando a un lado el modelo Napimo y la negociación por intereses (Ganador-Ganador) con el argumento de que no podemos igualarnos con unos terroristas ignorantes, narcoterroristas mejor, que solo le han hecho mal al país. Que pasa entonces: ¡continúa el círculo vicioso! Al enfocarnos solo en destruir campamentos hasta su derrota total no se piensa en una solución integral, entonces por un lado cientos de jóvenes (en su gran mayoría de los estratos más bajos) mueren abatidos por el ejército y por el otro lado cientos de jóvenescon pocas oportunidades ingresan a las filas es estos grupos ilegales…se perpetua entonces el conflicto, siguen los ríos de sangre, sigue la inversión en mucho más armamento que solo beneficia a unos pocos, sigue el narcotráfico y sus efectos de violencia y corrupción y no avanzamos a la construcción de un país que pueda estar tranquilo para pensar en mejorar sus dificultades en lo rural, en la Educación, en Cultura, en salud, en tantas cosas. Y es que de que sirve matar guerrilleros si las ideas no mueren! La filosofía de las FARC o el ELN no va a morir, va quedar ahí hasta que ellos tomen consciencia de que deben dejar las armas. Mueren las personas como causa de la guerra, pero el pensamiento, sus ideologías seguirán existiendo hasta que un acto simbólico colectivo, un gran acto psicomágico las transforme. Ese acto simbólico es lo que se está preparando en la Habana, es lo que se va firmar y se va complementar con otra serie de actos simbólicos importantísimos como la dejación de las armas y el referendo.
Ahora la cuestión que considero más dura de este proceso para llegar a la paz es “el sapo” que nos toca tragar si estamos dispuestos a ponderar entre Paz y Justicia. Sabemos que como ha sucedido en los países que han vivido experiencias como las de Colombia, no todos van a pagar cárcel, llegar a un consenso para definir que castigos tendrán los miembros de las FARC es de lo que más dificil que como sociedad debemos consensar porque la idea de justicia es muy subjetiva, los casos de cada uno de los guerrilleros son distintos y este país está muy acostumbrado a generalizar y meter en un mismo costal. Es necesario entonces acudir desde ya a un sentimiento que como seres humanos podemos invocar: el perdón. Para los que describí al principio de esta columna va ser difícil perdonar, para mis tíos incluso sé que mucho, pero al final veremos y seremos testigos de que fue la mejor decisión que pudimos tomar como país. Miremos entonces que hacer la paz sí empieza desde uno mismo, desde las familias, desde lo que hacemos diariamente, toca entonces ser optimistas, si es posible rodear este proceso de paz. Es clave estar informados de los avances y ser críticos, pero no quedarse en la crítica y los abucheos llenos de rabia, por el contrario hay que dejar entrar de una vez el perdón y el ánimo de reconciliación.
Comentar