“Servir implica ser útil y cuidar del bienestar del otro, brindando escucha y tiempo. Vinimos a servir, y el día en que dejemos de hacerlo, perderemos parte de nuestra verdadera esencia.”
El servicio es una de mis grandes pasiones, ya que representa una acción profundamente humana y recíproca, aunque a menudo no lo notemos, cada uno de nosotros tiene una forma única y transformadora de servir a los demás, para mí esta capacidad de ayudar es un hermoso rasgo de nuestra especie, que nos permite volver a lo esencial y reconectar con los otros. A través del servicio, podemos recargarnos de posibilismo y contribuir a la construcción de un mundo mejor. Recuerdo muchas conversaciones con un mentor al que admiro profundamente. Él dice que todos tenemos el potencial de ser útiles en cualquier ámbito en el que nos desempeñemos, y que esta utilidad debe ser nuestra principal motivación, más allá de cualquier incentivo económico, así que me llevó a reflexionar si ¿Somos conscientes de que servimos? ¿Qué pasaría si incorporáramos esta consciencia en nuestra rutina diaria?
Cuando hablo de servir, no me refiero únicamente a realizar grandes obras, como dice un mentor, servir implica ser útil y cuidar del bienestar del otro, brindando escucha y tiempo. La ayuda no siempre se traduce en apoyo material; a menudo, acciones simples como escuchar o ofrecer consejos son igualmente valiosas, debemos impactar a los demás con pequeños actos de servicio y amor, lo que también contribuye a mejorar nuestra salud mental y fomentar una cultura recíproca necesaria hoy.
Este fin de semana tuve el privilegio de servir a la comunidad de Sinaí, un barrio afectado por la ruptura de un tubo de EPM. Muchas personas necesitaban ayuda con diversas tareas, y encontré en ello una oportunidad para contribuir al bienestar colectivo, cuando ayudé sentí una profunda satisfacción al saber que había sido útil para esas personas. Una de las cosas que sorprendió fue la cultura servicial que prevalece en esa comunidad, sentí que nos gusta ver bien a los demás y sentimos una gran responsabilidad compartida. Cuando observamos comportamientos altruistas, tendemos a replicarlos, pero también es cierto que la confianza pública se ha visto afectada y debemos recuperarla mediante acciones concretas de servicio, sin duda esta experiencia en Sinaí reafirmó que el servicio construye confianza entre las personas.
Entonces reflexionemos sobre cómo podemos generar confianza para acercarnos más a los demás, a través de actos pequeños como hablar, escuchar y mantener una conversación pueden ser el primer paso hacia acciones más significativas, es nuestro deber humano comprender el valor del servicio y ser útiles para los demás, así podemos lograr un impacto mayor y como dice mi querido mentor: «Vinimos a servir» y el día en que dejemos de hacerlo, perderemos parte de nuestra verdadera esencia, así que tomemos consciencia de esto y cultivemos una cultura en la que no solo actuemos por inercia, sino con plena consciencia del poder transformador del servicio. Creemos juntos un entorno donde todos podamos contribuir al bienestar mutuo.
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