“Debemos ser muy cuidadosos con esta amplia oferta de referentes que tenemos a nuestro alcance porque no todos son dignos de admiración. Es fundamental elegir cuidadosamente a quiénes admiramos, ya que de ellos dependerá nuestra capacidad de inspirarnos y de hacer bien las cosas”
Hablar de referentes hoy en día es crucial, especialmente para nosotros los jóvenes, que necesitamos más que nunca modelos a seguir que destaquen tanto por su calidad humana como por su profesionalismo, buscar a esos referentes que nos inspiran y nos ayudan con su conocimiento y experiencia a construir un futuro mejor para Colombia.
Nuestra generación contemporánea de jóvenes, sin duda es muy diversa y algorítmica, lo que significa que cada uno de nosotros tiene pensamientos, gustos y personalidades distintos, esta diversidad que nos define nos permite crear e innovar desde nuestras diferencias (es lo más hermoso que tenemos como generación), y es por eso que hoy no todos compartimos los mismos referentes. Si nos vamos a el pasado, era común que muchas personas siguieran a los mismos tres o cuatro líderes, pero ahora tenemos la posibilidad de inspirarnos unos a otros gracias a la riqueza de líderes que existen, tanto hombres como mujeres.
Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos con esta amplia oferta de referentes que tenemos a nuestro alcance porque no todos son dignos de admiración. Un gran impulsador del encuentro con nuestros referentes han sido las redes sociales que dan espacio a figuras que promueven la «narcocultura», el machismo, la autodestrucción, y muchos otros ideales que, en lugar de ayudarnos a avanzar, nos frenan como sociedad, así que es fundamental elegir cuidadosamente a quiénes admiramos, ya que de ellos dependerá nuestra capacidad de inspirarnos y de hacer bien las cosas.
Se me viene a la cabeza una conversación que tuve un día cualquiera con un psicólogo de la Universidad EAFIT. Él me comentaba que es esencial fijarnos en quién admiramos y cómo esa persona contribuye, desde su humanidad, al progreso tanto nuestro como de la sociedad. Un problema trivial entre los jóvenes es que no sabemos elegir bien a nuestros maestros o mentores de vida. Si aprendemos a hacerlo, podríamos cambiar poco a poco nuestra mentalidad y la de aquellos que quieren generar cambios positivos, en lugar de retroceder, también, resaltaba que la educación juega un papel fundamental, pues ella es la encargada de formar a las nuevas generaciones para que puedan cultivarse a sí mismas y encontrar esos mentores que contribuirán a su crecimiento personal, profesional y social.
La invitación entonces es a reflexionar profundamente y sentirnos parte del proceso transformador de la humanidad, que al mirar a nuestro alrededor o hacia aquellos que admiramos, busquemos a esos maestros o mentores que nos inspiran y nos forman para alcanzar nuestras metas más humanas y profesionales y cuando logremos encontrar a esas personas, demos también nosotros el paso de convertirnos en referentes para otros, irradiando luz y ayudando a que los demás también brillen. Como dice mi mentora: “Brilla, pero sobre todo Yuli, haz que los otros también brillen”.
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