Cualquiera se imagina que hacemos referencia a la canción de Guillermo Buitrago que suena, con nostalgia, en las emisoras en épocas de diciembre. Grito vagabundo, son los jóvenes que salieron masivamente a las calles a gritar consignas, a gritar, los están matando, por manifestar su pensar de cómo ven el presente, desde sus barrios, sus entornos sociales y comunitarios. Grito vagabundo, aquellos que manifiestan el descontento por los dineros que se pierden en programas sin revisión de cláusulas y prórrogas.
Grito vagabundo, las madres que preguntan por sus hijos, las mismas madres que se juntan en la plaza de Soacha, en el parque de Berrío, en la entrada de la iglesia la Candelaria, en Medellín, las mismas madres que preguntan por sus hijos desaparecidos en Cali, Popayán, Neiva e Ibagué. Grito vagabundo, el que inspirará la canción, para hacer referencia a la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y los hechos que siguieron a la violencia de 1948 y las muchas masacres sucedidas en el periodo llamado del Frente Nacional.
Grito vagabundo, al encontrar en redes sociales las muchas denuncias que se hacen y pareciera no ser suficiente para tomar conciencia de lo que urge cambiar en medio de la corrupción que enreda millones de dineros en contratación estatal. Grito vagabundo, los mensajes que llegan y se multiplican, sin embargo, no se ve, que cambie para nada el ambiente social y pareciera que la ignorancia, la pobreza y la falta de dignidad siguen siendo la leña que queman para llegar al capitolio nacional.
Grito vagabundo, el que intelectuales, académicos y algunos comprometidos con organismos nacionales e internacionales, tratan por plantear, opinar, dejar en videos y en columnas sus diferentes conceptos y percepciones, de lo que está viviendo el país, el continente y en especial la nación que vivimos y padecemos, como una manera de aportar al debate nacional, buscando generar una conciencia social, capaz de crear nuevas maneras de socializar las problemáticas que por más de medio siglo han venido desfavoreciendo la relación entre regiones de Colombia, entre crear partidos políticos, que parecen más, empresas para producir intereses económicos y solventar la existencia de los mismos en los cargos que manejan la contratación del estado. ¡¡Grito Vagabundo!!.
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