“Que cada quien hable y escriba como pueda, que al hombre lo revelan sus palabras.
-Fernando Vallejo.”
Es bien sabido que las palabras, más que todo las que quedan escritas sobre un papel, causan grandes odiseas en el sentido y razón de muchos de nosotros; sin duda alguna tantos nos identificamos tanto con las palabras que leemos en un libro o texto, que nos sumergimos en ellas y las hacemos parte de nuestro ser.
Así sucede con el autor Fernando Vallejo, quien, por medio de su escritura y expresión, nos llega no solo a los colombianos, sino también a quienes tengan la valentía de acercarse a sus obras. Como bien es sabido por varios de nosotros, Vallejo, quien es conocido por hablar satíricamente acerca de su país de origen, retorno a Colombia luego de más de 40 años de vivir en México. Posteriormente, publicó una de las obras más realistas en retratar la realidad que se vive en nuestro país.
En su más reciente novela, “memorias de un hijueputa”, toca de manera indirectamente directa (pues a muchos los menciona incluso con nombre propio) ciertos temas de la realidad colombiana que, si bien son sensibles para algunos, nos invita a pensar y a mirar la situación desde un punto de vista más crítico, menos permeado de creencias y movimientos políticos y sociales.
En este relato, a medida que nos vamos adentrando en sus líneas, Vallejo nos va relatando desde el personaje de un dictador (nacido en la ciudad de Medellín, Colombia), cómo derroca al presidente actual de Colombia, Iván Duque, entre otros muchos actos de venganza y baja hacia diferentes entes que, de la realidad, tanto a los que alguna vez fatigaron nuestra historia, como a algunos que aún lo hacen.
Este título también nos abre los ojos ante realidades que no están muy lejos de volverse nuestras enteramente, pues en cada una de sus palabras nos inmiscuye a situaciones que si bien, algunas a simple vista se verían “en pro” de la sociedad de nuestro día a día, esconden entre si una vista de una Colombia mucho más obscura.
Comentar