Cerca de dos mil (2.000) libertarios del mundo se reunieron hace dos semanas en los Estados Unidos para el FreedomFest, que se celebró en Las Vegas con el tema: “¿Estamos entrando en «Un mundo feliz»?”.
“Aunque fue escrita a principios de la década de 1930, la trama del libro de Aldous Huxley, «Un mundo feliz», se asemeja en muchos aspectos al mundo de hoy”, declaró el economista y fundador del FreedomFest, Mark Skousen. “Estamos siendo constantemente presionados para conformarnos, y para alcanzar la estabilidad y la seguridad a expensas de la libertad y la independencia. ¡Todo el mundo debe ser feliz, sin derecho a otra opción! En la novela, los habitantes del planeta son adoctrinados desde su nacimiento, y gobernados y adormecidos por Soma. Aquellos que se oponen a este «mundo feliz» son enviados a Islandia u otro puesto avanzado lejano”, concluyó. Aldous Huxley describió esto último como “un lugar donde se encuentra el conjunto más interesante de hombres y mujeres que se pueda encontrar en cualquier parte del mundo. Todos aquellos que, por una razón u otra, se han vuelto demasiado individualistas para integrarse en la vida comunitaria. Todos aquellos que no se conforman con la ortodoxia y tienen sus propias ideas. Todos aquellos que, en una palabra, son alguien”, a lo que Skousen agregó: “¿Dónde se encuentra hoy este bastión de intelectuales y pensadores libres? ¡En el FreedomFest!”.
El tema central de la mayor manifestación liberal del mundo, y que, reitero, reunió a más de dos mil (2.000) participantes, fue la erosión de las libertades económicas e intelectuales. A 48 °C, la temperatura exterior era insoportable, incluso para un amante del calor como yo, lo que llevó a un orador a recordarnos que, sin aire acondicionado, el evento no habría podido llevarse a cabo.
Muchos oradores de renombre intervinieron, entre ellos Steve Forbes, Editor en Jefe de la revista Forbes, y Steven Pinker, científico de Harvard, que habló sobre “la racionalidad humana y la libertad académica”. “La libertad académica está amenazada por una politización masiva –declaró Pinker– más aún que en la época del macartismo”. A continuación, los registros de los ataques contra la libertad académica en los Estados Unidos entre 2014 y 2022:
- 877 intentos de sanción de académicos por declaraciones protegidas por la Constitución.
- 114 incidentes de censura.
- 156 despidos (de los cuales, 44 eran profesores permanentes).
El número de casos no reportados es probablemente mucho mayor. La politización de la ciencia ha llevado a un notable deslizamiento hacia la izquierda, como demuestra Pinker a través del ejemplo de su propia universidad. Así, la orientación política de su facultad de Harvard en 2022 fue:
- 37,43 % se declararon muy liberales (liberal es sinónimo de izquierda en los Estados Unidos).
- 45,03 % liberales.
- 16,08 % moderados.
- 1,46 % se declararon conservadores o muy conservadores.
“Además, esto socava la confianza del público en la ciencia: ¿Por qué debería confiar en el consenso cuando proviene de una camarilla que no admite disidencia?”, explicó. Finalmente, Pinker nos recordó los fundamentos de la libertad académica, a saber, los principios: “Nadie es infalible ni omnisciente. El progreso intelectual se basa en la conjetura y la refutación. Algunos proponen ideas, otros buscan saber si son válidas. A largo plazo, las mejores ideas prevalecen. Cualquier institución que desactive este ciclo está condenada al error”.
Justin Amash, luego señaló que las reglas fundamentales necesarias para el buen funcionamiento de las instituciones se están violando cada vez más a menudo en los Estados Unidos. Amash fue representante de dicha nación para el tercer distrito del Congreso de Michigan de 2011 a 2021. Posteriormente, dejó el Partido Republicano y se convirtió en independiente el 4 de julio de 2019. En abril de 2020, se unió al Partido Libertario y dejó el Congreso en enero de 2021, siendo el único libertario que ha servido allí. Atrajo la atención nacional cuando se convirtió en el primer miembro republicano del Congreso en pedir la destitución de Donald Trump, una posición que mantuvo después de dejar el partido.
Amash criticó la falta de respeto hacia el Congreso: “A veces recibíamos proyectos de ley de hasta cinco mil (5.000) páginas y se suponía que debíamos leerlos en un día. Me negaba a votar sobre un proyecto de ley si no podía leerlo antes de la votación. En casos extremos, solo teníamos unas pocas horas”. Subrayó que los votantes no solo deben tener en cuenta las políticas de un candidato, sino también verificar si se compromete a respetar los procesos fundamentales establecidos en la Constitución norteamericana.
No son solo las libertades académicas y políticas, sino, sobre todo, las libertades económicas las que están amenazadas en los Estados Unidos por la creciente intervención del Estado en la economía, la burocracia galopante y una orgía de deudas casi insensata. Steve Forbes habló del socialismo posmoderno, que difiere del socialismo clásico en que las empresas ya no se nacionalizan oficialmente, pero el Estado determina cada vez más lo que se produce, conduciendo a un debilitamiento de los derechos de propiedad privada.
El fundador de Whole Foods Market, John Mackey, presentó su nuevo libro The Whole Story: Adventures in Love, Life, and Capitalism. “Es un juego divertido hasta que los burócratas se meten”, expresó describiendo sus experiencias empresariales.
Militantes de partidos políticos pequeños y candidatos independientes, también tuvieron la oportunidad de disertar en el FreedomFest, incluidos Robert F. Kennedy Jr. y Jill Stein representando al Partido Verde, Chase Oliver del Partido Libertario, y Randall Terry del movimiento religioso Partido de la Constitución. Sus debates, por supuesto, fueron mucho menos acalorados que el enfrentamiento Biden-Trump, el cual pudimos apreciar en televisión a finales de junio. Particularmente, yo no votaría por ninguno de estos pequeños partidos o candidatos, ni aunque solo fuera por su pacifismo y aislacionismo.
Mark Skousen logró organizar un evento donde, además, se dieron cita personajes formidables e interesantes como George Gilder, Grover Norquist (de Americans for Tax Reform), Nick Gillespie (Reason), John Fund (National Review), Michael Shellenberger, Gale L. Pooley y Marian L. Tupy (Cato Institute), así como los activistas libertarios Ken y Li Schoolland, y muchos más. Fue la tercera vez que participé en el FreedomFest, y sin duda, ¡volveré para la próxima!
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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