Con el cierre de sus funciones en el sur de Bogotá, Un ritmo, muchas voces se despide como uno de los montajes navideños más ambiciosos y emotivos de la ciudad. Durante varias semanas, el Parque Metropolitano El Tunal se convirtió en el epicentro de un espectáculo que combinó teatro, música, danza, circo y artes multimediales, convocando a miles de asistentes en cada función y dejando una huella profunda en la memoria colectiva del barrio.
Entre los más de 60 artistas en escena, la participación de Damián Maldonado destacó con fuerza, consolidándolo como una de las presencias más sensibles y prometedoras del elenco. Su interpretación aportó una capa de humanidad y emoción a una historia que dialogó con la infancia, la memoria y la identidad barrial, elementos centrales del montaje.
La historia gira en torno a Marcelo, un niño inventor que pasa la Navidad solo debido a que sus padres deben trabajar. Sin embargo, lo que inicia como una noche silenciosa se transforma en una celebración inesperada cuando sus primos deciden reunir a los vecinos del barrio para sorprenderlo. A medida que cada personaje aparece, el mapping escénico convierte los recuerdos de Marcelo en escenas monumentales, llenando el espacio de imágenes que crecen y se transforman al ritmo de la música y la emoción colectiva.
Ese diálogo entre lo íntimo y lo monumental fue uno de los grandes aciertos del espectáculo. El uso del mapping no solo funcionó como recurso visual, sino como un lenguaje narrativo que amplificó los recuerdos del protagonista y los conectó con la identidad de la ciudad. La puesta en escena mezcló sonidos ochenteros con ritmos colombianos, creando una atmósfera festiva que apeló tanto a la nostalgia como a la celebración contemporánea.
El Parque Metropolitano El Tunal, con un aforo cercano a las seis mil personas, permitió que el público disfrutara de una experiencia de gran formato. Teatro, danza, música, circo, magia, acrobacias, maniobras aéreas y diversas artes multimediales convivieron en un mismo escenario, demostrando la capacidad del arte para convocar y emocionar desde múltiples lenguajes.
El comunicado oficial de lanzamiento resaltó que la puesta en escena integró efectos visuales y especiales que enriquecieron la experiencia del público. Además, cada función estuvo acompañada por la participación de la Ruta de Acueducto al inicio del recorrido, la cual permaneció media hora adicional para que los asistentes pudieran tomarse fotografías, ampliando la vivencia más allá del espectáculo central.
Desde el pasado 5 de diciembre y hasta su cierre el 23 del mismo mes, Un ritmo, muchas voces hizo parte de uno de los montajes navideños más ambiciosos de Bogotá, acompañado por más de un kilómetro de senderos iluminados y un árbol de 56 metros de altura que cada noche se activó con un espectáculo de luces láser.
Este show se inscribió dentro de la campaña ‘Navidad es Cultura 2025’, liderada por la Alcaldía Mayor de Bogotá, que reunió más de 670 actividades gratuitas en todas las localidades. Junto a Un ritmo, muchas voces, la ciudad disfrutó de otros espectáculos de gran formato como Más allá de las nubes y Una ciudad imaginada, consolidando una programación cultural diversa, gratuita y de alto nivel.
Hoy, con las luces apagadas y el escenario en silencio, queda el recuerdo de un espectáculo que celebró la Navidad desde el arte y la comunidad, y que permitió que talentos jóvenes como Damián Maldonado brillaran ante miles de espectadores, reafirmando el poder del teatro para transformar la ciudad, incluso cuando las funciones llegan a su fin.
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