FENÓMENO DEL NIÑO

mucho camino por recorrer
porque en este país que va de tumbo en tumbo, la improvisación manda

El planeta está padeciendo las consecuencias de una falta de Conciencia Ambiental, donde los poderosos de izquierda y derecha han hecho sentir sus intereses politiqueros y económicos, sobre los ambientales y sostenibles. Las grandes empresas se ufanan de acciones de caridad que hacen sin el menor esfuerzo, se toman fotos, contratan famosos para sus campañas publicitarias, pero los resultados no se ven a la vista a corto, mediano y largo plazo. Para las religiones, originales y cismas, el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible son aún considerados como lugares del Pecado, donde se va a desahogar todos los placeres mundanos, que si bien, tienen sus problemas, también tienen sus dulces sabores; procreación y desarrollo libre de la personalidad, para buscar la responsabilidad que se necesita para sobrevivir frente a los retos de hoy. Lo verde no produce réditos en las urnas ni en las dictaduras, así que es considerado objeto de segunda mano o asunto incómodo, el cual debe ser atacado mediante bajezas, como los atentados terroristas, la destrucción de miles de hectáreas de bosque y la extinción de especies de fauna, tan solo con el fin de satisfacer egos personales. No hay derecho.

¿En Colombia la situación es igual? Sí. No solo porque la Conciencia Ambiental brilla por su ausencia, a lo largo de 205 años de Historia de Patria Boba. Intereses económicos, religiosos y politiqueros han hecho ver la Flora y Fauna como una talanquera en el Falso Progreso del País, donde la caza y la tala han sido los símbolos del poderío, la alta sociedad y la farsándula (término tan comúnmente usado hoy y que demuestra la hipocresía de esta república bananera). Basta con ver los símbolos patrios y departamentales, donde tiene su espacio el armamento, y la naturaleza (en uno de los países más diversos del mundo) no tienen cabida, es más fácil encontrar un santo por ahí colgado en un escudo que la Palma de Cera, árbol nacional de Colombia. Los respectivos Ministerios (Ambiente, Vivienda, Desarrollo entre otros) así como las nefastas CAR´s (fuentes de bacanales politiqueros) y las autoridades correspondientes, que no existen, tan solo como fortín burocrático; se hacen los sordos o actúan cuando ya para qué. ¿Qué está pasando?

Empezando por el mismo Gobierno Nacional. Esto no viene de Juán Manuel Santos ni Uribe ni Rojas Pinilla; viene de las épocas de Bolívar y Santander, donde era más importante tener un arma en el cinturón que un papel y una pluma para redactar los términos para sacar al país del atolladero que ha permanecido por secula seculorum. Eso sí, se debe destacar que al actual gobierno no le ha dado pena en admitir que se viene el Fenómeno del Niño (algo aprendió de la debacle durante el Fenómeno de la Niña, y que le tocó soportar la mediocridad ambiental de la Seguridad Democrática), y que en cierta forma ha tratado de establecer parámetros de trabajo frente al tema con tal de preparar a todos para soportar este verano terrible hasta abril del año entrante (incluso, pasando por la fecha histórica del 23 de marzo venidero, cuando ya debe haber Humo Blanco frente al tema de la Paz). Ha sido liderado de manera adecuada por el Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, quien ha ido a todos los lugares recónditos de esta Colombia Bella, hablando con la gente, palpándose de la realidad (desobedeciendo a su jefe, el Vicepresidente Germán Vargas Lleras) y poniéndose al frente de los trabajos que se deben hacer. Ojalá el esfuerzo siga así para que esta ola de crisis y sequía no salga de control, y dejase al postconflicto como la guerra por el agua. Pero aún queda mucho camino por recorrer y sería ideal que más funcionarios se sumasen a la titánica tarea; porque en este país que va de tumbo en tumbo, la improvisación manda.

¿Autoridades Locales? Deja mucho que desear. Para la muestra, la Bogotá Humana, que se ufana de ser ambientalista (falacia) y abierta a la comunidad, no se ha pronunciado para nada sobre el asunto ni ha ofrecido alternativas. Ni hablar del resto del país, donde los incendios forestales (95% provocados por agentes legales e ilegales) dominan el panorama, se destruyen las ciénagas para crear fincas ganaderas de magistrados e industriales (caso Magdalena); las sequías en la Costa Atlántica y los Llanos siguen destruyendo flora y fauna sin que se avisten medidas para contrarrestarlas. Pero se olvida de un detalle importante; falta menos de un mes para las elecciones regionales, y lo mejor es el tapen tapen, para que el tlc (tamal – lechona – cerveza) pueda dominar el panorama.

Finalmente al individuo común corriente, como usted y el autor de la presente columna. Se puede trabajar responsablemente, tomando medidas básicas como ahorrar agua, recoger todos los desechos y basuras como lo mandan los estándares, impedir la quema de árboles y la caza de especies animales, y lo más importante; adquiriendo Conciencia Ambiental de una vez por todas.

PD1: Hay que destacar la labor que cumple Innpulsa Colombia, en materia de apoyo al crecimiento empresarial, sobre todo con la población juvenil. Sería bueno que los centros educativos trabajasen más de la mano con la misma.

PD2: El pasado 23 de septiembre, se dio un pequeño paso en materia cuantitativa, pero a nivel cualitativo, el más grande en el actual Proceso de Paz (objetivo de la próxima columna).

Pedro José Rivera Giraldo

Ingeniero de Petróleos de la Universidad de América (Bogotá, 1994) y Especialista en Gerencia de Mercadeo de la Universidad del Rosario (Bogotá, 2002). Consultor Independiente en Materia de Mercadeo así como el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible en la Industria. Creador de la Conciencia Ambiental (tiene su propio blog: Conciencia Ambiental (Nuevo Petroides), algo que falta en Colombia; escritor en Al Poniente. Ha elaborado varios ensayos como Marketing Político Alternativo, Marketing Ambiental Alternativo (EMA), Marketing Curriculum Alternativo, Marketing Empresarial Alternativo, y Tips de Marketing Alternativo.

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