Falseando el pasado

José María Dávila Román

“El Obispo de Jericó expresó que los colonos de Jericó no llegaron a este territorio con el interés de ser agricultores y menos caficultores como algunos pretenden hacer ver”.

Hay quienes recurren a falsear el pasado para defender una posición. Hay quienes tienen tendencia a creer que el tiempo pasado fue mejor y se quedan anclados en esa nostalgia, cuando el pasado no se puede intervenir ni cambiar, caso contrario con el presente – futuro.

Todos los tiempos tienen sus retos, complejidades y satisfacciones; particularmente creo que hoy vivimos mejor que nuestros padres, abuelos y bisabuelos, tenemos mejor infraestructura, mejores servicios públicas, conectividad global, mejor salud; hay más garantía y respeto por los derechos; las mujeres tienen acceso a oportunidades que hace 50 – 60 años no tenían, como el de votar y ser elegidas.

En el debate minero de Jericó, quienes se oponen a esta actividad acuden a falsear la historia para argumentar que este municipio nunca ha sido minero, que siempre ha sido agricultor y cafetero. Incluso acuden a la ficción como Héctor Abad Faciolince en La Oculta donde dice que el fundador de Jericó puso en cuarentena en el municipio de Fredonia a varios hombres para saber quiénes eran aptos para poblar a Jericó, y que quienes no eran aptos los devolvían para sus pueblos de origen; Abad Faciolince también creó con su imaginación la historia de que el fundador de Jericó les dijo a los que tenían interés en hacer minería que no eran bienvenidos en Jericó, que si querían hacer minería que se fueran para Marmato. Nada que ver con la realidad como lo mencionó el mismo Obispo de Jericó en su discurso del 28 de septiembre de este año con motivo de los 175 años de Jericó, que, siendo contradictor a la minería en este municipio, dijo: “Eso de que Don Santiago (fundador de Jericó) atravesó nadando el río Cauca no se lo creen ni en el Rondín (guardería). Eso necesita ser investigado y estudiado. Porque Don Santiago no se vino aquí como un héroe sino porque tenía un contrato del departamento de Antioquia en la Concesión Echeverri”.  

En ese mismo evento, el Obispo de Jericó expresó que los colonos de Jericó no llegaron a este territorio con el interés de ser agricultores y menos caficultores como algunos pretenden hacer ver: “La leyenda de que los colonos se vinieron hacia el sur para tumbar montes y sembrar café no tiene ni fundamento histórico ni bases agrícolas, cualquier cultivo iba a exigir varios años para empezar a producir. Todos en general buscaban oro”.

En el archivo histórico de Jericó hay registros de minas de oro y plata denunciadas por distintos habitantes de la época que evidencian -como ratificó también el Obispo en el evento en mención- que la minería fue la principal actividad económica de Jericó por encima de la ganadería y la agricultura. Incluso a raíz de la minería se impulsó la venta de carne de cerdo hacia mineros que trabajaban en Marmato.

Resume el Obispo de Jericó que la fundación de este municipio se dio principalmente para que el oro que se extraía de Marmato llegara más fácil a Medellín por los caminos que se construían por la parte baja de Jericó, cerca del río Cauca, y no se fuera para Cali. Es decir, con un interés netamente económico.

Jericó, como la mayoría de los municipios de Antioquia, tuvo su origen en la minería y eso no ha sido impedimento para que el municipio desarrollara otras vocaciones económicas como las tiene hoy: turismo, café, aguacate, reforestación.

Si algo demuestra esta parte de la historia es que las vocaciones económicas evolucionan y que lo antes funcionaba no necesariamente funciona en el presente. Es importante reconocer la historia, sacar aprendizajes y lecciones que nos permitan construir un mejor futuro, pero lo que no podemos permitir es dejar de perder oportunidades por la nostalgia de lo que fuimos y ya no podemos ser.

*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no comprometen a mi empleador.

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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