¿Existe el neoliberalismo? (I)

En el caso del neoliberalismo, no sólo se trata de un programa económico plenamente identificable, sino que representa además una ideología política. Yendo más lejos, como señala Escalante, se trata probablemente de la ideología más exitosa de finales del siglo XX y lo que va del siglo XXI, y forma parte de ‘‘un programa intelectual, un conjunto de ideas acerca de la sociedad, la economía, el derecho, y es un programa político, derivado de esas ideas’’

En los prolegómenos de su libro Breve historia del neoliberalismo (2016), el académico mexicano Fernando Escalante responde afirmativamente a la pregunta con la que doy título a esta columna. A pesar de que para muchos podría parecer una verdad de Perogrullo, vale la pena decir que el neoliberalismo existe. No se trata de una mera invención de la izquierda para atacar a ciertos grupos. Tampoco forma parte de un discurso que no corresponde a ningún programa económico. Por el contrario, a pesar de que el neoliberalismo, igual que el populismo, han sido fenómenos utilizados frecuentemente como etiquetas para descalificar al adversario, ambos existen y merecen la pena ser analizados. En el caso del populismo, como señalé en una columna previa en Al Poniente, titulada ¿Existe el bien común?, se trata de un fenómeno que resulta llamativo por su capacidad unir, como dijo Jaques Rancière, a dos posturas aparentemente contrapuestas tales como el marxismo y el liberalismo.

Por tanto, si vale la pena plantearse a profundidad qué es el populismo, incluso más allá de su contenido, sino por la manera en que ha logrado resignificar el campo político y vertebrar identidades políticas previamente fragmentadas, considero que lo mismo podemos plantear respecto del neoliberalismo. Al final, ambos apelan al sentido común de manera muy clara. En el caso del neoliberalismo, no sólo se trata de un programa económico plenamente identificable, sino que representa además a una determinada ideología política. Yendo más lejos, como señala Escalante, se trata probablemente de la ideología más exitosa de finales del siglo XX y lo que va del siglo XXI, y forma parte de ‘‘un programa intelectual, un conjunto de ideas acerca de la sociedad, la economía, el derecho, y es un programa político, derivado de esas ideas’’.

Por tanto, a pesar de que no hay una sola doctrina, y aquellos intelectuales que son tildados de neoliberales, desde Friedrich Hayek y Von Mises hasta Milton Friedman y Gary Becker, pueden no estar de acuerdo en determinadas cuestiones nada desdeñables, hay otras en las que lo estarán plenamente. Por ejemplo, la necesidad de revertir de las tendencias colectivistas derivadas de ideologías como el socialismo, sumamente exitosas durante el siglo XX. En este sentido, quisiera aprovechar este espacio, siguiendo el largo y acertado análisis de Escalante, para recuperar esquemáticamente, como él mismo hace en la introducción de su libro, tres ideas que permiten identificar la ‘‘columna vertebral’’ del neoliberalismo:

  • Primero, sus diferencias con el liberalismo clásico. La ruptura entre el liberalismo clásico del S. XIX y el neoliberalismo, del siglo XX, es clara, a pesar de que se suele seguir recurriendo a la ‘‘mano invisible’’ de Adam Smith. El neoliberalismo, contrario a lo que se suele decir, no plantea eliminar el Estado, sino transformarlo y usarlo para sostener la lógica de mercado. En suma, los neoliberales necesitan un Estado fuerte, pero con otros fines.
  • Segundo, la necesidad del mercado en términos técnicos, como el mejor mecanismo para procesar información y a partir de ello alcanzar un mayor bienestar. En otras palabras, la idea de que el mercado es el mejor mecanismo para saber qué quieren los consumidores y la mejor alternativa para que cada persona organice su vida. En suma, el mercado como la máxima expresión material de libertad.
  • Tercero, la superioridad de lo privado por encima de lo público. La idea de que, como se difundió a partir del Consenso de Washington, la causa de la crisis ‘‘fue el Estado’’, corrupto e ineficiente, por lo que siempre será preferible la gestión privada. En políticas públicas, se trata de un paradigma conocido como ‘‘nueva gestión pública’’, vigente a la fecha.

 

Referencias

Escalante, Fernando. Historia mínima del neoliberalismo. Madrid: Turner.

Cristian Márquez Romo

Politólogo. Estudiante del posgrado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Salamanca, España. Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión Pública por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), México. Ha participado en proyectos de investigación en México y España, donde actualmente se desempeña como becario de la revista América Latina Hoy, del Instituto de Iberoamérica. Ha colaborado con publicaciones en Europa y América Latina, tales como Foro Internacional, Hipótesis Alternativa, Replicante, entre otras.

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