“Pasarán lloviznas y tormentas, días lentos, luego noches eternas.
Notarás que el tiempo nunca frena aunque pidas descanso como sea.”
Chelo Hop – Afroditas.
Es hermosa la forma de describir la eternidad del universo, sólo con un verso puedes darte cuenta de que a pesar de que, en este plano, bajo este cuerpo, dejaremos de existir, las cosas serán eternas. El cambio no implica que se contradiga con la eternidad, el todo es eterno pero cambiante, el todo es una cuestión que refleja una perpetuidad constante. Mañana no estaré como Simón, pero mi energía perdurará por toda la existencia, así como siempre lo ha hecho. Mañana el Sol tal vez no saldrá o mañana nuestro mundo desaparecerá, pero la esencia de la vida y el universo persistirá. Esto realmente es lo que creo como divino, es la misma infinitud, sin darle la connotación de entidad juzgadora y suprema que refleja una moralidad social enferma y rota. La superioridad que observo en lo eterno es paciente y amable, sin temor a que las cosas sucedan como deben suceder, situaciones que en teoría son trágicas, terminan diluyéndose en la eternidad de la vida, en aquello que inició y no terminó, en aquello que muta, pero no perece, en aquello que permite que las cosas desaparezcan y nazcan pero que la energía no se destruya, sino que transmute, que pasen por el fuego de la existencia y sigan permaneciendo. En la escritura puedes notar la eternidad, pues las ideas siguen persistiendo a través de los años.
La muerte es la ilusión más grande de la existencia, el concepto más temido y con menos sentido, un concepto que acorrala a las poblaciones al abismo del vacío y que nos aísla en mundos paradisiacos. Así es, el tiempo y la existencia nunca frenan, sea que avancen lento o rápido, avanzarán durante toda la eternidad. Cuando se crea la consciencia de la eternidad, se pierde el horror a morir, se disipa el temor a cómo sucederá y se supera el miedo más grande: el miedo a la vida misma, el pánico a la responsabilidad de levantarse y luchar entre el caos que implica vivir, porque el todo, por su misma conceptualización es caos y paz, es una mezcla de los componentes que pueden existir en este universo. Es por ello que el lenguaje debe perpetuar, valga la redundancia, la eternidad, superar el temor a perder, a morir y vivir, tal vez sin miedo podamos respetar la creencia del otro sin vulnerar sus principios, tal vez sin miedo podamos trascender como sólo esos pocos seres lo han hecho.
Esta idea también se refleja en una de las manifestaciones más humanas: la música. Vemos como Tupac, Notorious B.I.G, Big Pun, Cheeks siguen resonando en los oídos y tempestades de muchos individuos presentes y de la misma manera veremos como Nach, Kase O, Sho Hai, Lirico, Mucho Muchacho, Rayden, Ferran M.D.E, Tres H, Gelo, Gambeta, Kastro, Chelo Hop, Mc Kano, Canserbero, Lil Supa, Akapellah y miles de raperos permanecerán y superarán la muerte y el anonimato, siendo la plena prueba de que la muerte no existe y de que somos almas eternas en un mundo de cambios inesperados, pero eterno.
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