La humanidad ha soñado, sino desde siempre, si, en los tiempos, con encontrar formas de vida fuera de nuestro planeta, en la esperanza, de no ser los únicos que hayan prosperado en el universo. Otras formas de vida y otros mundos habitables.
Contactar con una civilización extraterrestre sigue siendo uno de los grandes sueños pendientes de la aventura humana. Desde ayer, quizás tenemos un motivo para la esperanza. Tres astrónomos norteamericanos acaban de calcular que en nuestra galaxia existen 40.000 millones de planetas similares la Tierra.
Sabíamos que nuestra galaxia contiene cientos de miles de millones de estrellas. Pero quedaba una gran pregunta por responder: de esa miríada de estrellas, ¿cuántas poseen planetas de un tamaño parecido al nuestro y a una distancia compatible con la vida?
Eric Petigura, Andrew Howard y Geoffrey Marcy acaban de resolver este problema aplicando un ingenioso algoritmo estadístico a los datos del satélite Kepler.
Los planetas extrasolares están demasiado lejos para poder ser observados directamente. El Kepler los detecta con el llamado “método de los tránsitos”: cuando un planeta pasa por delate de su estrella, la luminosidad de esta cae ligeramente. Desde que se lanzó en 2009, el observatorio espacial de la NASA ha descubierto varios miles de planetas fuera de nuestro Sistema Solar.
Los datos de Kepler tienen, sin embargo, varias limitaciones:
el telescopio observa sólo una pequeña región de nuestra galaxia, además el “método de los tránsitos” sólo puede utilizarse cuando telescopio, estrella y planeta están alineados en el mismo plano y la caída de luminosidad debe ser suficientemente grande como para ser detectada.
Petigura y sus colegas superaron estas dificultades con un procedimiento muy ingenioso. Primero tomaron los datos de Kepler para 42.000 estrellas parecidas al Sol. Aplicando un algoritmo de detección encontraron en ellas 603 planetas, 10 de los cuales tenían tamaño terrestre y orbitaban a una distancia compatible con la existencia de agua líquida. A continuación, introdujeron en el ordenador sistemas planetarios falsos y volvieron a aplicar el algoritmo de detección. Este método estadístico permite obtener una estimación del número de planetas imposibles de encontrar con Kepler. (Para quienes estéis familiarizados con simulaciones numéricas, este método es muy similar a las estimaciones Monte Carlo que se utilizan, por ejemplo, en los detectores de partículas).
El resultado es fascinante: un 22% de las estrellas similares al Sol tienen planetas de tamaño parecido a la Tierra y orbitando a una distancia similar. Además, el planeta más cercano podría estar a “sólo” 12-13 años-luz.
Erik Petigura lo explicaba así en la conferencia en la que presentó el descubrimiento:
“Lo que esto significa es que, cuando miras al cielo en una noche despejada, probablemente estés viendo con tus ojos alguna estrella con un planeta parecido al nuestro”.
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