«La disputa del Esequibo refleja no solo un conflicto territorial, sino también la resonancia de una historia colonial enredada en las aspiraciones modernas y geopolíticas de América del Sur.»
Durante casi dos siglos, la región del Esequibo ha sido el epicentro de una disputa territorial entre Venezuela y Guyana, abarcando 159.542 km² en el escudo guyanés. Esta zona ha sido testigo de un conflicto que entrelaza legados históricos de rivalidades coloniales y tensiones geopolíticas contemporáneas.
El origen de este conflicto se remonta a 1777, cuando la Capitanía General de Venezuela fue establecida por el rey Carlos III de España, incluyendo la región del Esequibo. Sin embargo, en 1814, el Tratado anglo-neerlandés alteró significativamente el panorama, transfiriendo las colonias neerlandesas, incluido Esequibo, al Imperio Británico. La Guayana Británica se formó en 1831, marcando el comienzo de una serie de disputas fronterizas.
Las tensiones se agravaron cuando, entre 1835 y 1839, el británico Robert Schomburgk trazó varias líneas fronterizas que expandieron el territorio de la Guayana Británica, provocando reclamaciones de Venezuela. Estas reclamaciones se basaban en la extensión original de la Capitanía General de Venezuela, y en 1844, Venezuela intensificó sus reivindicaciones sobre el Esequibo como parte de su territorio.
El conflicto tomó un giro internacional en 1895. En ese año, Richard Olney, Secretario de Estado de Estados Unidos, intervino en la disputa, apelando a la Doctrina Monroe como justificación para solicitar un arbitraje internacional. Esta doctrina, que se oponía a la intervención europea en América, fue utilizada para argumentar a favor de la resolución del conflicto bajo los auspicios estadounidenses. En 1899, se llegó a una decisión crucial con el Laudo Arbitral de París, que, desafortunadamente para Venezuela, favoreció al Reino Unido pero La controversia no terminó allí, en el siglo XX, documentos emergieron sugiriendo que el fallo de París pudo haber sido el resultado de negociaciones en lugar de un juicio imparcial. Esto llevó a la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, justo antes de la independencia de Guyana del Reino Unido. Este acuerdo reconocía la reclamación de Venezuela sobre el Esequibo.
Durante las décadas de 1980 y 1990, las negociaciones entre Venezuela y Guyana no dieron frutos, y Guyana recurrió a la ONU y la Corte Internacional de Justicia para buscar una solución. La tensión aumentó en 2015 con el descubrimiento de petróleo por ExxonMobil en la región disputada. En 2018, Guyana solicitó la intervención de la Corte Internacional de Justicia, pero Venezuela se negó a participar, cuestionando la jurisdicción de la Corte.
Este prolongado conflicto del Esequibo ejemplifica las intrincadas relaciones internacionales y las herencias de la era colonial en América del Sur. Con Venezuela y Guyana aún en desacuerdo, y la reciente escalada debido a los recursos naturales, este litigio histórico continúa captando la atención a nivel mundial.
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