“Escribir es una manera de no enloquecer, de no perder la razón.”.
Sentí mucha nostalgia, no lo niego, pues sumergirse en esta historia de Joan Didion es saber que no pararás de leer hasta terminar este gran ensayo. Esta obra que les presentaré se llama El año del pensamiento mágico, una historia bellísima que merece ser releída cuantas veces sea necesaria y acompañarse de una manera sublime de sus páginas y palabras que la autora elige para retratar su vida, su pensamiento y su duelo. El año del pensamiento mágico, es, pues, una obra de no ficción, contada en primera persona, en donde se narra la muerte instantánea de su esposo John Gregory Dunne, quien falleció el 30 de diciembre de 2003 mientras cenaban dejando a la deriva a Joan Didion y a su amada hija Quintana, quien estaba internada en un hospital luchando por su vida. Lo más interesante de esta historia es cómo Joan Didion afronta el duelo y creo que las palabras han sido muy importantes para afrontarlo, porque si no existieran, no podríamos transmitir de una manera ordenada nuestros sentimientos; si no existieran las palabras, el corazón se ahogaría, porque mucho más que hablar, escribir es una de las formas más bellas de transmitir lo que se siente, por algo los diarios son fundamentales para el desahogo de quien ve la vida tatuada en su alma, en sus entrañas. Escribir es llanamente pensar en orden y Joan Didion lo comprendió.
Esta reflexión sobre el duelo nos invita a preguntarnos si estamos listos para afrontar la muerte de un ser amado y llevar el duelo de una manera tranquila. Qué harías tú si al que más amas en la vida se desvaneciera, para nunca más despertar, para nunca más compartir la mesa y conversar. Héctor Abad Faciolince, cuenta que escribir El olvido que seremos fue una especie de tranquilizador, de liberación, Fue como sacar algo de adentro que era muy importante. A veces como un tumor, a veces como un hijo, cualquiera de las dos cosas. Y Héctor ha entendido muy bien que escribir es una manera de no enloquecer, de no perder la razón.
No creo que todos estemos listos para perder a quien o a quienes iluminan nuestros días y nos hacen avanzar por este mundo de una manera más hermosa, sutil, tenue. Son pocos los que siguen sus vidas, con tristeza, claro está, pero la siguen; Joan Didion, perdió a su esposo con quien compartió la vida durante cuarenta años, y durante un año, de ahí el mágico título, se resistió a deshacerse de los zapatos porque esperaba que él volviera a buscarlos a buscarla. Luego, menos de dos años después, fallece su única hija, historia que retrataría en Noches azules, una bella obra autobiográfica llena de dolor que invito a leer.
La vida Cambia deprisa. | La vida cambia en un instante. | Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba. | La cuestión de la autocompasión.
Estas palabras las escribió Joan Didion dos o tres días después de que su esposo falleciera. No volvió a escribir durante un tiempo, luego, nueve meses después, octubre de 2004, con sus recuerdos en el alma, comenzó a escribir El año del pensamiento mágico, buscándole un sentido al tiempo que pasa y sobre todo, teniendo presente que la vida se acaba, que la vida se va, que la vida se esfuma y hay que vivirla, hay que retratarla, hay que colocarla en la memoria de aquello que llaman corazón.
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