Buenos días, saludo a Los lectores del periódico Al Poniente desde la
Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia en la ciudad de Medellín, donde estoy conversando con algunos estudiantes de la carrera de Estadística sobre las probabilidades de ganarse la lotería.
El pasado sábado los puestos de venta de Baloto estaban abarrotados de compradores ansiosos y llenos de ilusiones, los cuales compartían el sueño ganarse esta lotería con un acumulado de cincuenta y cuatro mil millones de pesos, lo cual motivó la presente columna.
El Baloto es una de las loterías más difíciles de ganarse en el mundo, con una probabilidad (o esperanza matemática) de 0.00000012, puesto que cada jugador tiene 8,145,060 opciones de combinar las seis cifras que tiene el boleto. Es importante tener en cuenta que existe la posibilidad de que dos o más personas elijan la misma combinación de números, que van del 00 al 45, y que hay combinaciones culturalmente más difíciles de elegir como sería el caso de escoger seis números consecutivos, por ejemplo: 01-02-03-04-05-06.
La elección de una combinación de números en la lotería tiene connotaciones culturales y en muchos casos tiene una explicación. Recuerdo cuando en el 2011 cayó el número 7128 en la Lotería del Valle y alrededor de veinte mil personas acertaron su apuesta en el chance. Al interpretar dicha cifra, después de entrevistar a muchos ganadores, se encontró que el 7 es el número mágico de la fortuna y que el salmo 128 de la Biblia se refiere la bienaventuranza del que teme a Jehová.
El sábado pasado (enero 11) miles de personas en la Costa Atlántica se ganaron el chance a través de “La Caribeña” apostándole al número de la tumba de Diomedes Díaz en el cementerio Jardines del Ecce Homo de Valledupar: 1108, fenómeno que no tiene una explicación lógica pero que está enraizado en nuestra cultura. El 24 de diciembre del 2013, otro importante número de colombianos se ganó el chance en Cali, con el número 1222, fecha en que murió el “Cacique de la Junta”.
Ganarse la lotería puede ser una maldición o una desgracia para mucha gente. Cuando yo era estudiante de psicología en la Universidad de Antioquia hice una visita académica al Hospital Mental de la ciudad de Medellín donde encontré dos pacientes a los cuales les afloró una psicosis después de ganarse la lotería.
La gente sueña con ganarse la lotería y fantasea repartiendo mentalmente el dinero que se va a ganar, lo cual puede ser muy lejano a la realidad si llega a tener la suerte (o la mala suerte) de acertar el premio mayor.
Es que enfrentarse a una cifra “desproporcionada” puede descontrolar la vida de muchas personas. Uno casi nunca está preparado para tener tanto dinero, y se enfrenta al gasto desaforado en bienes lujosos, viajes y rumbas, además de la solicitud de todos los familiares y amigos del barrio que le reclaman “una ayudita”.
Si uno pone en Google como consulta la frase “desgracias al ganar la lotería” encuentra muchas historias de personas que preferirían no haber acertado el premio mayor.
Referencio acá algunas de esas historias para los lectores de Al Poniente:
– Keith Gough, (1) se ganó doce millones de euros en el Reino Unido y murió a los cinco años divorciado y en la ruina. En sus últimos años se acercaba a quien estaba comprando un billete de lotería y le decía que eso era una locura.
– A Juan Rodriguez, (1) colombiano residente en el barrio Queens de Nueva York el premio de 88 millones de dólares sólo le alcanzó un año. A los doce meses ya estaba en bancarrota.
– Billie Bob Harrel dijo antes de suicidarse (2) que «Ganar la lotería es lo peor que me pudo haber pasado». Se había ganado 31 millones de dólares en la Lotería de Texas y gastó su dinero en donaciones a las iglesias y en compra de bienes lujosos.
– Jeffrey Dampier (2) fue asesinada por su novio y su cuñada tal vez buscando su dinero o su herencia. Había recibido 20 millones de dólares como premio de la Lotería de Illinois.
– William Post (3) comentó antes de morir que «Era más feliz cuando estaba quebrado». Después de ganarse 16.2 millones de dólares en la Lotería de Pensilvania, gastó su fortuna en casas, carros, barcos y aviones, y terminó sin un solo peso en el banco.
– Evelyn Adams se ganó dos veces la lotería y segura de que la suerte la perseguía se gastó más de tres millones y medio de euros en billetes de loterías, hasta que quedó en bancarrota.
Para complementar mis reflexiones hago referencia al estudio (4 y 5) “Un boleto para alegrar la calle? Las consecuencias financieras de ganar la lotería” de Scott Hankins, de la Universidad de Kentucky; Mark Hoekstra, de la Universidad de Pittsbrgh; y Paige Marta Skiba, de la Universidad de Venderblit, con 39,987 ganadores de lotería donde concluyen que generalmente quien gana la lotería termina en bancarrota.
Definitivamente el mejor sueño de ganarse la lotería puede terminar en la peor pesadilla.
No obstante, yo seguiré comprando la lotería con la esperanza de que tenga la claridad mental para manejar el premio, para pagar culebras y ayudarle a algunas personas cercanas.
Pues yo creo que hay es que ser reservado a la hora de ganarse la lotería