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Un gesto sencillo terminó conmoviendo a miles de personas en redes sociales. Una abuelita se volvió viral al recibir un muñeco del presidente Gustavo Petro, reaccionando entre lágrimas, sonrisas y palabras llenas de cariño. La escena, cargada de ternura y autenticidad, se convirtió rápidamente en un símbolo de cómo los pequeños detalles también construyen memoria, ilusión y afecto en el corazón del pueblo.
Detrás de este amigurumi está LuliGurumi, un emprendimiento de crochet creado por madre e hija, cuyo trabajo artesanal y mensaje humano conectó profundamente con quienes vieron el video. Hablamos con sus creadoras Lady Origo y su mamá Alex Petrel Muñoz.para conocer la historia, el proceso y el significado de este momento viral.
1. ¿Cómo nació este proyecto de tejido que hoy desarrollan juntas?
El proyecto nació en nuestra casa, uniendo los conocimientos que ambas tenemos en tejido con mi interés por el diseño. Todo comenzó como algo muy pequeño, casi íntimo, y con el tiempo se fue transformando en un proyecto que hoy nos permite crear y trabajar juntas, fortaleciendo no solo un emprendimiento, sino también nuestro vínculo familiar.

2.El tejido es una tradición que suele transmitirse de generación en generación. ¿Qué significa para ti conservar este saber familiar y mantenerlo vivo en la actualidad?
Para nosotras, conservar este saber familiar significa honrar a nuestra familia y los conocimientos que nos fueron transmitidos. Es una forma de demostrar que lo hecho a mano, lo humano, sigue vigente.
Cada pieza que realizamos lleva tiempo, dedicación y mucho amor. Mantener este saber vivo implica adaptarlo al presente sin perder la esencia, respetando el origen artesanal, pero permitiendo que dialogue con el mundo actual.
4.¿Cómo logran combinar las técnicas tradicionales del tejido con nuevas tendencias en diseño, colores y estilos para crear muñecos contemporáneos?
La base esencial siempre será la técnica tradicional del crochet. Esa técnica es la que nos garantiza la calidad, el cuidado y el valor de cada pieza.A partir de ahí empezamos a jugar con colores actuales, personajes reconocibles y figuras que conecten con el presente y con quien va a recibir el amigurumi. Buscamos un equilibrio entre respetar el proceso artesanal y permitirnos experimentar, logrando que cada muñeco tenga un aire contemporáneo sin perder su esencia: estar hecho a mano, puntada por puntada, desde el corazón.
LuliGurumi resume su filosofía en una frase que hoy cobra más sentido que nunca:
“Cada puntada hecha desde el corazón.”
Conozca más sobre la técnica de estas emprendedoras colombianas aquí: https://www.instagram.com/luli_gurumi?igsh=b3lyZnF0YnQxYWsz
En Colombia, el crochet y las técnicas artesanales no son solo oficios heredados, sino formas de resistencia cultural y memoria viva. En cada puntada se conserva la historia de los hogares, de las mujeres que enseñaron con paciencia, de los saberes transmitidos sin manuales ni academias, pero con profundo valor social y afectivo. Mantener estas tradiciones significa proteger una identidad que no se industrializa ni se acelera, y que sigue teniendo sentido en medio de un país diverso, creativo y profundamente humano.
Historias como la de LuliGurumi demuestran que el crochet no pertenece al pasado, sino que dialoga con el presente, conecta generaciones y emociona colectivamente. En un mundo dominado por la inmediatez, el trabajo artesanal recuerda la importancia del tiempo, del cuidado y del vínculo. Preservar estas prácticas en Colombia es, en esencia, preservar la capacidad de sentir, de recordar y de crear desde el corazón del pueblo.












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