Con el coro de la canción de salsa del maestro Nino Segarra de 1991, que lleva por nombre el mismo título de esta columna, damos apertura al presente escrito, teniendo por objetivo analizar con ojo de lupa la lluvia de avales que se aproxima para las elecciones regionales de este año, puesto que tal y como retumba en dicha canción toda vez que la escuchamos, a más de un partido y dirigente lo tienen “entre la espada y la pared”.
Casi finalizando abril y ya el tema que se escucha murmurar, aun a baja voz, en los parques y plazas públicas, en los cafetines de los centros de las ciudades y en los pasillos de las Alcaldías y las Gobernaciones es: ¿Quiénes serán los candidatos para la contienda electoral territorial del 29 de octubre? Cabe resaltar que en dicha contienda se elegirán Concejales municipales y distritales, Diputados, Alcaldes y Gobernadores de cada uno de los 32 departamentos que conforman nuestra Nación.
Los partidos: entre la espada y la pared
Hace algunos días, el CNE oficializó que Colombia ya cuenta con 31 partidos, muchos de ellos con avales intensamente apetecidos, otros que no tanto y algunos que se adherirán en forma de co-avales. Una de las cuestiones a tratar surge cuando una proporción significativa de candidatos –cada día mayor– a Gobernaciones y Alcaldías inscribe su candidatura por medio de firmas en un intento por desmarcarse de los partidos tradicionales y también de los nuevos partidos; tendencia que, cada cuatro años se intensifica y deja un sinsabor frente al concepto desdibujado que el pueblo tiene respecto de los movimientos políticos y la democracia. ¿Pueda que este sea el fin de los partidos en Colombia? ¡Los partidos políticos entre la espada y la pared!
Todos quieren con el Pacto
En el territorio, durante la campaña presidencial, muchos grandes lideres regionales brindaron su apoyo a la candidatura de Petro Presidente. Hoy, la campaña ya pasó. El Presidente es Gustavo Petro, y más de uno quedó entusiasmado con el afán de recibir el aval del famoso Pacto Histórico (cabe anotar que, como tal, este no puede otorgar avales, ya que no es un partido político; quienes sí lo puede hacer son los partidos que lo conforman). El problema surge cuando “Todos quieren con el Pacto” literalmente, es decir, en un mismo departamento, al menos cuatro personas de quienes le metieron la ficha a la campaña presidencial hoy buscan ese aval para ser Gobernadores de ese departamento; de igual modo, pasa en las Alcaldías, pues al menos 2 o 3 de quienes ayudaron en campaña, ahora quieren ser burgomaestres de esa misma ciudad respaldados por el Pacto Histórico.
Es ahí cuando las bases, el directorio departamental y los Congresistas de los partidos que conformaron –conforman– el Pacto Histórico, hoy se niegan a apoyar a muchas de estas precandidaturas, e incluso, en algunos departamentos y municipios, han sido las mismas bases las que ya han perfilado a un posible candidato propio. ¡El Pacto Histórico y el Presidente entre la espada y la pared!, todo, por la repartición de avales.
Por otro lado, el director natural del CD (Centro Democrático), Álvaro Uribe Vélez, no se ha quedado atrás, y en una alocución hizo un llamado a brindar el aval del partido –si se diera el caso– a aquellos desmovilizados de las FARC que hayan rehecho su vida y quieran ser partícipes de la actividad política.
El tiempo y la cercanía a la inscripción de las candidaturas nos dirán que pasará entre esta puja de avales, la presión por conseguir las firmas necesarias para lograr inscribirse y el reconocimiento que piden de los caciques de las regiones. A final de cuentas, no hay que olvidar que la política es y seguirá siendo dinámica, como ya nos lo recordó un expresidente cuyo nombre prefiero no mencionar.
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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