Entre el ruido y el país: A propósito del caso Uribe y las reformas, habla el representante a la cámara, Jaime Raúl Salamanca

“No es malo ser un joven de izquierda, o de derecha. Lo malo es no hacer nada.”


“La juez en el proceso Uribe […] tuvo la entereza de fallar en derecho, de dar garantías a todas las partes y de no poner la justicia al servicio de los intereses de la política o de un sector del poder político en este país.


Entrevista para AL PONIENTE

Entrevista al H.R Jaime Raúl Salamanca Torres,  expresidente de la Cámara de Representantes

En este país donde los expresidentes no se jubilan, sino que se eternizan, donde la toga es ilegitima si no absuelve, y donde X (Twitter) condena más que el juez, hablar de justicia se ha vuelto un acto casi que revolucionario. La reciente condena al expresidente Álvaro Uribe ha sido para algunos un atentado contra la patria y para otros una muestra de patria ante tanto atentado. En medio de la tormenta mediática, los titulares incendiarios y los análisis envenenados, decidí hacer lo que cada vez menos se hace: sentarme a conversar.

Por eso hablé con Jaime Raúl Salamanca, representante a la Cámara por Boyacá y miembro del partido Alianza Verde. Sin tapujos, sin promesas vacías, sin mentiras cómodas. Solo argumentos. Hablamos de la condena al expresidente Uribe, de la polarización que nos atraviesa como sociedad y del Estado Social de Derecho, aquel que todos invocan últimamente pero muy pocos entienden y saben defender. Igualmente, conversamos sobre el papel de la política en tiempos donde ser “tibio” como lo llaman, parece más peligroso que ser incendiario.

Si está dispuesto a pensar y quiere ver a un político pensando sin libreto, bienvenido. Porque en esta Colombia de todo vale, conversar también es resistencia y hablar de política no requiere gritar.

Entrevistador: Estamos ante el primer caso donde un expresidente de la república es condenado penalmente. Representante, ¿qué lectura jurídica y política cree usted que debe hacerse de este hecho histórico para Colombia? ¿Es un avance del Estado de Derecho o una profundización de la división nacional?

H.R Jaime Raúl Salamanca: Bueno, yo creo que desde lo jurídico se han dado todas las garantías para que las partes pudiesen expresar sus argumentos y en derecho la juez profirió una decisión en primera instancia que a todas las partes les obliga respetar y acatar.

Uno de los principios más importantes de nuestra Constitución es la separación de poderes y la garantía de que la justicia sea independiente y que sus fallos deben ser acatados por todas y todos. Creo que, si sabemos cómo sociedad interpretar lo sucedido en el juicio Uribe, podemos, o profundizar la democracia o por el contrario debilitarla, si no entendemos que los fallos de la justicia son independientes y que debemos todos garantizar que en el marco de la separación de poderes las decisiones de la justicia se tomen en libertad, independientemente de si nos gustan o no las decisiones que se tomen. Lo cierto es que hubo un proceso y se falló en derecho y debemos garantizar que ese fallo se acate. Ahora tiene el ex presidente el camino de la segunda instancia para poder interponer ese recurso y defenderse como cualquiera ciudadano de este país.

E: A propósito de esto, usted, que fue líder estudiantil, sabrá que la confianza en la institucionalidad, tanto en espacios académicos como en general, en la ciudadanía, se viene degradando. ¿Usted cree que la ciudadanía aún confía en la imparcialidad de nuestras instituciones, o estamos frente a una crisis de legitimidad tanto en lo político como en lo judicial?

JRS: Ya estamos en una crisis de legitimidad de las instituciones, de ahí la importancia, en los momentos que estamos viviendo, de apostarle a defender la institucionalidad de nuestro país. Este no es un tema menor porque si, al contrario, contribuimos a seguir profundizando esta polarización que tiene el país y atacando unas instituciones frágiles, pues lo que vamos a hacer es llegar a escenarios antidemocráticos para dirigir los destinos de este país y no vamos a solucionar los problemas de la gente.

Aun así, en ese contexto creo que es posible reivindicar ciertos logros de la institucionalidad. Por ejemplo, el fallo de la juez en el proceso Uribe, creo que tuvo esta representante de la Rama Judicial de Colombia la entereza de fallar en derecho, de dar garantías a todas las partes y de no poner la justicia al servicio de los intereses de la política o de un sector del poder político en este país.

Otro ejemplo, la aprobación de la reforma laboral en el Congreso, que tampoco es un tema menor. Los derechos que se ganaron a propósito de la discusión democrática institucional en el Congreso de la República a través del debate democrático, se ganaron hace muchos años, vía manifestación social, vía movilización sindical en las calles. ¡Claro! tristemente con muertos a bordo y con desaparecidos y con exiliados. etcétera, etcétera, etcétera.

Hoy, lograr devolver derechos a las y los trabajadores de Colombia, los jóvenes aprendices del Sena, por ejemplo, se logró en democracia sin un solo muerto y yo creo que ese es un mensaje también muy importante de que no todo está perdido y que es a través de la vía democrática que logramos los cambios que este país necesita.

Eso hay que decírselo a la gente para que esa crisis de legitimidad que tienen hoy las instituciones se supere y tengamos más gente participando activamente en las decisiones del Estado y sobre todo más jóvenes y más mujeres participando en política.

E: Claro, el pasado 29 de Julio acompañamos la radicación del proyecto de ley de Empleo Joven que se viene trabajando con congresistas como Catherine Juvinao, Daniel Carvalho, Jennifer Pedraza, Álvaro Rueda, Alejandro, García entre otros, demostrando que vencer la bipolaridad en la que venimos enfrascados de hace algunos años, pues realmente puede dar frutos, en este caso desde la Comisión accidental de Juventudes del Congreso de la República. Le pregunto, ¿Existe realmente una tercera vía en la política colombiana? ¿Qué papel deberían jugar los partidos alternativos y los nuevos liderazgos juveniles para romper con el péndulo entre uribismo y petrismo?

JRS: Yo, honestamente, no creo que sea malo ser un joven de izquierda, o ser un joven de derecha, o ser de centro. Lo malo es no hacer nada, lo malo es la indiferencia ante lo que está pasando.

Creo que la verdadera solución está en la participación activa de la sociedad, en la defensa de lo público. Lo público es de todos, lo público nos pertenece a todos. Y como sociedad debemos estar muy activos de las decisiones del estado.

Los jóvenes, no sólo debatiendo los temas que tienen que ver con la juventud, los jóvenes hablando de pensiones, de derechos laborales, de reforma a la salud, de las grandes discusiones nacionales porque es que ustedes no son el futuro, son el presente de este país y son ciudadanos activos en las decisiones del Estado, cada vez desde más pequeñitos y así tiene que ser, porque aunque sí es cierto que hay mucho que aprender cuando uno es joven, también es cierto que hay mucha fuerza vital para meterle a esa transformación que Colombia necesita y que no es de un solo periodo presidencial, el cambio que se prometió es un ejercicio de resistencia, de persistencia y que no se agota con la elección de un presidente y de un político, por bueno que sea. Aquí a Colombia no la saca adelante un político por trabajador y por diligente que sea, aquí a Colombia la sacamos adelante juntos.

Si esta conversación le deja algo, espero que no sea una respuesta clara, sino una invitación a entender que no todo es blanco o negro y que se puede pensar diferente, que hay que sentarse a escuchar, no para estar de acuerdo necesariamente, sino para entender. Solo así podremos hacer que la política deje de ser una tarima o un ring y sea un espacio donde quepamos todos. Incluso, los que no gritamos.

Juan José Salazar Villamizar

Soy estudiante de derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Hacer las preguntas incómodas y pensar distinto también es hacer ciudadanía. Me gusta opinar, cuestionar y conversar. Como columnista y entrevistador enfoco mi mirada en la política -colombiana e internacional- y los cambios sociales y ambientales que desafían lo establecido. No somos futuro, somos presente.

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