Otra bomba cae sobre inocentes, la sentencia del poder cuando es un vicio, otro niño asesinado se convierte en la bandera de un político. El planeta arde con la humanidad como suplicio.
La curiosidad por el futuro reemplaza la carne y sus afrentas, sensibilidades se hacen datos y se define como software la consciencia. Mueren de hambre los aplastados por la ambición de quienes la vida no les basta porque a la naturaleza no respetan. Toda alma es quebrantada en la pantalla del horror que se observa con cinismo e indiferencia, la razón es tergiversada hasta que el placer por el dolor ajeno corroe la dignidad que civilizaciones engendra, segmentar seres humanos para no sentir culpa por hacer trizas la ética.
A volver por la esperanza de una vida más longeva, decidir en tiempo óptimo gracias a un ordenador que carece de agotamientos propios de la experiencia, asistir cobardemente al algoritmo para que el aburrimiento resuelva; baja natalidad y anulación de la creatividad de gran parte de la población obnubilada por las tendencias. Desigualdad que hace cultura la eugenesia, no hay quién llore los abismos entre lenguas, guerras en frío que en la polarización se calientan, el suicidio es actualmente la principal causa de muerte en jóvenes porque el odio debe emerger de las entrañas y luego justificarse con dogmas a los que nos hicieron llamar creencias.
Otro día que amanece y la angustia es dopada por la superficialidad del marketing ahogando la verdad en displicencia, no hacer nada respecto a lo urgente mientras se trabaja para una bomba de tiempo que amenaza nuestra existencia, partes de un engranaje conducido por hombres que se arrancaron el corazón cuando perdieron la cabeza. Una ilusión muy triste será el Siglo XXI si reducimos a un meme el antropoceno, votando plácidamente por autócratas, temerosos de ser libres porque pensar por sí mismos es un riesgo; realidad es responsabilizarse de la miseria ocasionada porque no vendrá ningún mesías a redimir los horrores que estamos cometiendo.
Exacerbada la ignorancia se propaga el narcisismo y la compasión es desdibujada por el egoísmo, desconocerse como consuelo para buscar refugio en ideologías que representan fundamentalmente un atentado contra el humanismo. La víctima y el victimario es lo que somos y el sistema eminentemente global que construímos, añorando tiranos para vengar nuestras penas a causa de lo que necesaria y desprevenidamente elegimos, otro sociópata de presidente se vanagloria del poder que tiene para avasallar el mundo y destruirnos.
Utopía clásica la del amor y el saber, ahora, en la época del conocimiento en la que dominar es entretener; un poema para hacer matemáticas con el lenguaje mientras la justicia sigue siendo el eje (X) del poder (Y):
Volver,
Tierra hermosa que en otrora
la memoria inmortalizó con cultura
lo que la biología abrazó al perecer
Sombra bajo el árbol
cobija nuestra paz, intempestivo
el silencio de un amor vivo contemplando
lo que el tiempo no puede retener
Envejeciendo hicimos otra generación nacer
Nuevos mundos,
la esperanza se materializa al saber
Este potente instrumento
que regocija las letras, no es el beso
con el que crear fue mi naturaleza
inspirada por ti…
El otro es mi fe.
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