Por: Cristian Camilo Rico Zapata
Ante la propuesta de limitar la libertad de cátedra de los profesores, ¿qué tenemos para decir?
Pensar en un sistema educativo que limite la libertad de enseñanza de los maestros, y peor aún que restrinja y/o censure temas sociales como lo es la política, sería como limitar la posibilidad que poseen los alumnos para desarrollar su propio criterio. Cuando tenemos variedad de puntos de vista hacemos nuestras propias valoraciones y comparaciones, pero si solo se nos expone un lado de la historia, no nos queda más remedio que resignarnos a creer en todo aquello que se nos propone. El pensar, el discutir y el debatir hacen parte de la diversidad de los seres humanos, es nuestra naturaleza, no hay porque tratar de reprimir cualquier intento de contradicción.
Cabe aclarar que en ningún momento se niega la existencia de maestros que traten de adoctrinar a sus alumnos, ya que vemos problemas en los dos extremos (por un lado, restricción total de libertad de cátedra y por otro, una enseñanza basada en valoraciones del maestro), y estas situaciones extremas son necesarias tenerlas en cuenta, ya que al hablar sobre el respeto a la libertad de cátedra, no se busca una libertad absoluta que cambie los ejes sobre los que gira la enseñanza, y que esta se base en valoraciones de un individuo; no, claramente es necesaria cierta objetividad.
Si en un país democrático como lo es Colombia prima la voluntad del pueblo, entonces ¿por qué limitar la educación y libre expresión de este? Necesitamos aquello que teme un gobierno opresor: un pueblo culto, educado, con criterio y conocimiento en temas que a él conciernen (con diferentes opiniones y perspectivas sobre los temas). Limitar el alcance que pueda tener la enseñanza en temas sociales nos conduciría a la ignorancia, que sería ideal para ser convencidos por grandes centros de manipulación ideológica como lo han sido medios de comunicación, líderes políticos e incluso instituciones religiosas.
Siguiendo con la idea anterior, vemos que el hecho de censurar ciertos temas en la educación se puede equiparar a ciertas acciones llevadas a cabo para silenciar cualquier posible oposición, como por ejemplo: cerrando a la fuerza medios de comunicación (como se han dado casos en las dictaduras) y por otro lado, amenazando comunicadores y personas influyentes en la opinión pública, eliminando líderes sociales y defensores de derechos humanos (como claro ejemplo: nuestra Colombia).
En conclusión, pienso que en una sociedad democrática con pluralidad de pensamientos, la educación y la formación de un criterio son muy importantes, sin estas no somos más que entes movidos por lo que afirman las masas o líderes influyentes. Es importante también que se enseñe acerca de temas sociales, que de un hecho puedan surgir muchas interpretaciones, que dentro de las aulas se debatan y se discutan temas de actualidad y que la educación sea una herramienta útil que nos sirva para analizar e interpretar situaciones, propuestas y problemáticas que se presentan día a día en una sociedad.