Encartados con Petro

Para la mayoría de las personas que ejercen como políticos, su gran sueño es llegar a la presidencia, y no es para más, al ocupante del sillón presidencial se le otorga un gran poder. Según nuestra Constitución el presidente es el jefe de Estado  y de Gobierno, suprema autoridad administrativa de Colombia y comandante supremo de la Fuerza Pública (Fuerzas Militares y Policía Nacional).

Todas estas atribuciones, implican una gran responsabilidad, pero también una gran carga, la persona que llegue a ese cargo debe estar disponible 24/7, viajar constantemente, enfrentar toda clase de crisis, tener piel de rinoceronte frente a los ataques de la oposición, soportar los abucheos, lidiar con errores de funcionarios, en fin.

Es tan demandante, que el cabello es una evidencia de lo duro que es, cuando llegan al cargo tienen el cabello oscuro, pero cuando salen terminan con muchas canas. Sin embargo, para los que sueñan con transformar al país, vale la pena el esfuerzo.

Y Gustavo Petro no es la excepción, ex guerrillero del M-19, Concejal de Zipaquirá, Representante a la Cámara por Bogotá, Alcalde de Bogotá, Senador, quien gracias a su gran capacidad como orador, y su agudo liderazgo como opositor, llegó a la presidencia, después de 3 intentos.

A pesar de esta larga y ajetreada carrera política, desde que llegó el 7 de agosto su gestión ha sido errática, salidas en falso, una constante confrontación con otros actores y con los medios, inexperiencia de sus funcionarios, muchos anuncios y promesas, pero poca ejecución, varios indicadores positivos que tenía el país, ahora están en rojo, y por si fuera poco una desaprobación del 67%, sumado a la llamada «agenda privada* en la que el país no sabe qué hace, ya que se pierde por días incumpliendo compromisos.

Súmenle a lo anterior la incapacidad de reconocer sus propios errores, pero el presidente tiene uno más grave, atraviesa problemas personales muy serios, un presunto consumo de estupefacientes o problemas de salud mental, a los que ante la falta de una ley que lo obligue a manifestar su condición médica, éste las oculta, y lo peor es que su condición personal afecta a toda Colombia. Petro no estaba preparado para ser presidente.

Colombia está diseñada para que el presidente esté presente, no ausente. ¿Cómo arreglar esta situación?, ¿es demasiado poder en un régimen presidencialista?, o ¿es demasiado poder para alguien que no está a la altura del cargo?

La realidad es que no tenemos ninguna alternativa, más allá de que Petro rectifique el rumbo y esta situación cambie. Por ahora, debemos tener paciencia y seguir soportando su errática gestión hasta el 7 de agosto de 2026, porque desafortunadamente estamos encartados con Petro.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/luigiparraf/

Luigi Parra Forero

Esposo. Papá. Economista. Maestría en Economía
@UNALOficial. Docente Universitario. Escritor. Menos Estado. Menos Impuestos. (#LOML)

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.