“Vine aquí motivado y vea usted se me perdió toda la fruta que piqué”, decía uno de los 100 emprendedores asistentes al evento, ésta y 99 más fueron las sensaciones de desilusión que sintieron los empresarios asistentes al evento del evento Papa, a quienes se les aseguró un público objetivo de 800.000 personas y se les dijo que produjeran a máxima capacidad para atender el evento.
“Me llamaron de la alcaldía y me preguntaron por mi capacidad máxima de producción, yo dije que 1000 unidades, no vendí ni 100”, manifestaba otro de los emprendedores asistentes al evento.
La mala logística primó en el evento del papa, como así dijeron varios de los comerciantes asistentes. Los negocios fueron ubicados en el primer anillo donde la gente hacía la fila, no obstante “como se le dijo a la gente por radio, televisión y todos los medios que trajeran comida todo el mundo vino aprovisionado y no compraba, además uno cuando está haciendo una fila lo que quiere es entrar, no va a dejar su puesto para comprar nada”, según uno de los comerciantes. La imposibilidad de ingresar al aeroparque donde transcurría el evento también fue determinante para la malas ventas pues “después de las 11 de la noche no ingresó casi nadie, y no hubo mayor fila el día Sábado, el ingreso al aeroparque para vender nuestros productos solo fue permitido una hora antes de que comenzara la misa del papa”.
La secretaría de desarrollo económico consciente de las dificultades presentadas dejó a los emprendedores salir de sus puestos e ir a vender a las filas en la noche, no obstante las ventas fueron “mediocres en el mejor de los casos”. La falta de coordinación entre la secretaría de desarrollo económico y la logística del evento se evidenció cuando la policía empezó a sacar a varios emprendedores de las filas porque no estaba permitido vender o los confundía con vendedores ambulantes.
“Si vendió el 10% de lo que produjo dese por bien servido” manifestaba uno de los productores de pan artesanal que asistió al evento. Los inventarios y bodegas permanecieron llenos durante toda la jornada.
Al final del evento, la secretaría de desarrollo económico para minimizar las pérdidas de los empresarios accedió a comprar parte de la mercancía que trajeron, el resto tuvo que ser regalada o botada, debido a que muchos productos eran de consumo inmediato y para el domingo ya habrían caducado.
Al final del día la alcaldía parece haberse confiado únicamente en el flujo masivo de personas que asistieron al evento del sumo pontífice, no obstante, las advertencias de los medios de comunicación, el exceso de oferta traída por la misma alcaldía (fraccionando las ventas), la falta de coordinación entre la secretaría de desarrollo económico y la logística del evento, y la imposibilidad de ingresar al aeroparque a vender fueron los causantes de los pobres resultados para los negocios que se arriesgaron a participar en la visita del Papa. Como resultado el público bendecido y los empresarios enculebrados pues las perdidas fueron generalizadas.