Elecciones que no eran elecciones

José María Dávila Román


“Chávez aprovechó la bonanza petrolera para aumentar su favorabilidad y reelegirse. La gente pensó que era el mejor presidente por todo el gasto social que implementó, pero no vieron que a largo plazo estaría acabando con la productividad”.


Maduro se burló nuevamente del pueblo venezolano. Llevan más de 20 años fingiendo ser una democracia. Una farsa que ya nadie cree. En las recientes elecciones, todas las encuestas daban como ganador a Edmundo González con más del 60%. El Consejo Nacional Electoral en Venezuela, sin publicar los resultados de todas las actas electorales, dieron como ganador a Maduro con poco más del 50% y que no concuerdan con las copias de las actas electorales que tienen los simpatizantes de Edmundo González, liderados por Maria Corina Machado, quien dijo tener el 73% de las actas de votación y que dan ganador a González con más de 6 millones de votos por los 2.7 millones de votos de Maduro.

Una humillación para el pueblo venezolano. Ese que alguna vez creyó en el socialismo de Chávez pero que más de dos décadas después se encuentra hastiado de vivir en la pobreza y en la represión de un régimen político que fracasó y que no acepta perder ni entregar el poder. En Venezuela hace años que no existe democracia. Es una dictadura que tristemente están legitimando países democráticos como Colombia, en cabeza del presidente Petro.

Es toda una burla que convoquen a elecciones cuando no reconocen ni aceptan la voluntad popular expresada en los votos.

¿Cómo pasó Venezuela de ser uno de los países más prósperos de Suramérica hasta hace unos 40 años a ser uno de los más pobres de la región y con millones de venezolanos huyendo de su país por las denigrantes condiciones en las que viven?

Una de las razones es que el sueño de Chávez era insostenible. No es posible mantener subsidios y ayudas para la gente si no se crean y fomentan las creaciones de nuevas empresas y nuevos empleos que no dependan exclusivamente del Estado. A nadie le choca tener acceso a productos baratos como la gasolina, tener educación y salud gratis, bonos para mercar y tener vivienda, pero a la larga, si la gente no trabaja y no hay nuevas empresas aportando para que esos subsidios se puedan mantener, el sistema va a colapsar.

Chávez aprovechó la bonanza petrolera para aumentar su favorabilidad y reelegirse. La gente pensó que era el mejor presidente por todo el gasto social que implementó, pero no vieron que a largo plazo estaría acabando con la productividad, el empleo y la creación de empresas. En suma, con la economía del país.

Una tía abuela que se fue para Venezuela hace más de 40 años, aprovechando la bonanza de ese país, decía en pleno auge del chavismo que, gracias a Chávez, la habían operado exitosamente de los ojos en Cuba y que todos los gastos, incluido el pasaje en avión, corrió por cuenta del gobierno. Hace menos de diez años, la tía abuela regresó a Colombia huyendo de la decadencia de su país adoptivo y decepcionada del sistema en el que una vez creyó y defendió.

Dice el adagio popular que no todo lo que brilla es oro. Es lo que pasó en Venezuela y que sirve de espejo para Colombia. La prosperidad de los países se logra con el trabajo de todos los ciudadanos y menos con la intervención del Estado, que, además, cuando son en exceso asistencialistas y poco productivos se quedan sin recursos y sumidos en la pobreza.

No será nada fácil para los venezolanos hacer valer su voluntad popular y corregir el rumbo perdido. Los dictadores como Maduro no sueltan el poder que ilegítimamente ostentan. La comunidad internacional deberá ejercer presión y brindar todo el apoyo para que el sentir de este pueblo hermano sea escuchado y gocen de las garantías de una “democracia” en la que sólo queda el nombre.

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.