La reciente publicación del célebre caricaturista del diario el Tiempo y Revista Soho, en la cual se autocensura debido a las amenazas de muerte por sus posturas, las cuales resultan ofensivas para sectores seguidores del uribismo y del Centro Democrático, ponen en evidencia el peligro que representa para la vida de los colombianos el disentir, es decir, ejercer el derecho que en todo marco democrático asiste a toda la ciudadanía a manifestar sus diferencias ideológicas dentro de un marco normativo constitucional. El animal político o Zoon Politikón de Aristóteles no es un ente sin conciencia, es una ser racional que toma decisiones según sus intereses y creencias, esto sin importar el sector político o la institución que representa.
La intimidación constante a la que son sometidos los colombianos por expresar sus ideas y desacuerdos con otros grupos políticos, en este caso Matador, es alarmante, situación que va en contravía de lo ya expresado por la Corte Constitucional y aprobada por la sala tercera de revisión integrada por los Magistrados Eduardo Cifuentes Muñoz, Carlos Gaviria Díaz y José Gregorio Hernández, esta valiosa jurisprudencia con respecto a la libertad de expresión afirma: «El derecho fundamental a la libertad de expresión implica, también, la protección del derecho a disentir y, por ende, la libertad de difundir todas aquellas opiniones que no se avengan con la ideología mayoritaria. La libre manifestación y circulación de ideas contrarias a la opinión predominante, enriquece la tolerancia y la convivencia pacífica, promociona la igualdad, fortalece la ciudadanía responsable y aumenta las posibilidades de control que, en una sociedad democrática, corresponde realizar a la opinión pública sobre las autoridades estatales. En este sentido, la posibilidad del individuo de disentir, en tanto manifestación directa de su libertad de conciencia, comporta la facultad de informar a la opinión pública acerca de estas ideas, a través de los medios masivos de comunicación, siempre y cuando la difusión de las anotadas opiniones no altere los postulados mínimos sobre los cuales se funda la convivencia social.»
Estos elementos ponen en evidencia la necesidad de superar en unanimismo que ha imperado en nuestro país por décadas, la cercanía de las elecciones presidenciales deberían ser la mejor excusa para superar posiciones esquemáticas y violentas y abrir los canales institucionales y tradicionales para escuchar y valorar opiniones contrarias a las opiniones de quienes detentan el poder, discrepar y disentir son los caminos legítimos para la construcción de una democracia abierta y deliberativa, desde la cual se reconoce el otro contrario a mí no como un enemigo sino como un oponente legítimo, que desde la sana crítica y el diálogo posibilita la ampliación de las ideas, necesarias en la consolidación de la sana convivencia.
Rechazo totalmente las amenazas de muerte al Matador e invito a la sociedad civil a cerrar filas contra estas prácticas violentas, que desde la clandestinidad dificultan la circulación de ideas y vulneran abiertamente nuestro claro derecho a disentir.