“Renacen y con gran fuerza y esperanza las ideas del progreso y de la libertad. Colombia debe tomar nota y algún día una persona que en verdad sienta como propias las ideas del liberalismo debe llegar al poder y cambiar por completo el escenario político nacional.”
Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en Argentina fueron definitivas, dejaron en claro que los argentinos están “mamados” de los políticos ladrones que llevan mal-gobernando ese país y que con Javier Milei tienen la oportunidad de hacer un verdadero cambio de 180° en beneficio de toda la población.
No voy a referirme a números ni a hacer una exposición algebraica de los resultados de las elecciones del domingo. Los números están y son claros. Milei, el candidato libertario, el de las ideas del liberalismo, ganó en la votación nacional con más de siete millones de sufragios. Un verdadero “batacazo”.
A inicios del siglo XXI, y en los registros históricos aparece, la Argentina era el país más rico del mundo, ni siquiera del continente americano, sino de todo el mundo gracias a las ideas, postulados y principios de la Constitución del abogado, político, economista y escritor Juan Bautista Alberdi.
Aquella Constitución de 1853 fue creada a partir de los principios de la Constitución de los Estados Unidos y de las ideas del liberalismo clásico, es decir, de las ideas de Adam Smith, Jean-Baptiste Say, David Ricardo, John Locke, Immanuel Kant, Jeremy Bentham, Alexis de Tocqueville entre otros. La Argentina después de varios años de esa Constitución en vigencia logró ser la potencia económica y social del planeta tierra. Eran los tiempos del liberalismo.
Después el país se enfrascó en un modelo colectivista que hasta el día de hoy sufren los argentinos. Ese modelo de izquierda que aumentó la pobreza, la miseria, el hambre, la inseguridad y la esperanza ha durado hasta el día de hoy. Increíble que todavía prevalezca ese tipo de ideas que no llevan sino al abismo de las sociedades.
Nadie en estos tiempos creía que el liberalismo regresaría a la Argentina, pues se creía que era el bastión de la izquierda en América Latina – exceptuando a Cuba que es una dictadura –, es más, Ernesto “Che” Guevara, uno de los líderes de la Revolución Cubana era argentino. Luego para todo el mundo Argentina se veía como un país dominado por la izquierda y que nunca iba a salir de ese lodazal.
Afortunadamente los buenos países que han tenido brillantes personajes siempre tienen guardados otros brillantes personajes que salen cuando el momento lo amerita. Es así que Javier Milei, un economista especializado en crecimiento económico con y sin dinero apareció, pero no como un líder político, sino como un personaje mediático que quería enseñar verdadera economía, no la economía que nos enseñan en las universidades que solo hablan del keynesianismo y del socialismo porque es lo que está de moda y es lo que los países “progres” exigen. ¡NO! Enseñaba y hablaba en los medios de comunicación de la economía de mercado, de la libre empresa, de la competencia, del respeto por la propiedad privada, del capitalismo que tanto critican los políticos pero que viven como capitalistas. Milei en Argentina empezó a ser una voz potente en medio de tanto estiércol de la política de izquierda y de la economía vampiro.
Después de muchos años opinando en la televisión argentina, Milei se lanzó al ruedo de la política que, aunque no le gustan los políticos, le tocaba ingresar porque uno no puede cambiar algo que está mal si no se mete en el corazón del problema y luchar para sacarlos a todos. Así lo hizo. Fue elegido diputado nacional y hoy es el candidato presidencial en Argentina con grandes posibilidades de ganar incluso en primera vuelta y así evitar un ballotage con los políticos marrulleros de siempre.
El fenómeno Milei y el renacer de las ideas liberales en Argentina es un gran y positivo mensaje para toda la región de la América Latina. Renacen y con gran fuerza y esperanza las ideas del progreso y de la libertad. Colombia debe tomar nota y algún día una persona que en verdad sienta como propias las ideas del liberalismo debe llegar al poder y cambiar por completo el escenario político nacional. ¿Faltará mucho? No lo sabemos, pero esperamos que la persona que llegue haga cambios profundos. No más Estado burocrático y ladrón donde se benefician todos los políticos de todas las vertientes ideológicas. Queremos un país que sea de la sociedad y que los políticos solo sean administradores temporales y que den garantías de trabajo y seguridad.
Pero para que ese día llegue primero tiene que pasar una cosa muy importante. Que en las universidades de Colombia, en especial en las carreras de economía, ciencia política, relaciones internacionales y el derecho se enseñen con más importancia las ideas del liberalismo y que las demás solo sean complementos para advertir los riesgos del socialismo y el colectivismo. Pero deben primar las ideas del liberalismo.
Yo estudié economía en una gran universidad, aprendí mucho y de profesores muy valiosos, pero en general el curriculum estaba dirigido a impregnar en los estudiantes las ideas del keynesianismo, aquellas ideas que han servido para agigantar el Estado y quitarles libertades a los ciudadanos. En otras palabras, ningún país puede salir adelante con esas ideas y mucho menos sacar buenos economistas que contribuyan al bienestar de la sociedad.
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