“No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”. -Óscar Wilde-
Una “patología” que no discrimina.
Para todas aquellas personas que se han sentado a escribir y no logran avanzar una página o redactar al menos un par de líneas, existe algo denominado el “síndrome de la página en blanco”. Dicha “patología”, que no hace parte propiamente de una lista de enfermedades del campo médico, es más común de lo que se cree y causa un fuerte malestar y frustración en quien la padece, logrando hacer que más de uno desista de su intento de escribir.
La escritura hace parte de las formas de comunicación más antigua de los seres humanos,[1] y pese a que no siempre es un proceso fácil, es fundamental para lograr transmitir nuestras ideas y pensamientos a otras personas. Por eso, para quienes se dedican al oficio puede llegar a ser motivo de preocupación, e incluso generar ansiedad, el no poder avanzar o cumplir con una determinada entrega.
Ahora, como lo expresé anteriormente, este síndrome puede llegar a afectar a cualquier persona, indistintamente de su profesión o edad, como por ejemplo al momento de la elaboración de un ensayo o un sencillo escrito, por lo que algunos expertos[2] recomiendan respirar profundamente, racionalizar los pensamientos negativos (como por ejemplo: “tengo que entregarlo hoy”), respetar tu propio ritmo, recurrir a otra fuente de inspiración, distraerse con otra actividad e incentivar pensamientos positivos.
Finalmente, les cuento que gracias a este breve escrito logré superar mi síndrome de página en blanco del día de hoy, por lo que ahora si me siento preparada para retomar mi actual tarea de escritura…
[1] “Los sistemas de escritura se originaron hace unos cinco mil años, tras la evolución de los dibujos hacia formas logográficas, en Asia Menor. Posteriormente, la escritura fue silábica, hasta Grecia, donde ya encontramos un verdadero alfabeto”. Extraído de: https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/79391/Evolucion_historica_de_la_escritura.pdf;jsessionid=B2AEF8BC9E853A1CF864F11BC186CEBE?sequence=1
[2] Extraído de: https://www.drromeu.net/sindrome-la-hoja-blanco/
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