El sentido de investigar: Memorias del XXIV EDSI

“Y esto no es menor. Durante años, la investigación en el ámbito escolar ha sido vista como un ‘relleno’ curricular, algo lejano y reservado para académicos de bata blanca o ratones de biblioteca. Afortunadamente, lo que observé en este evento contradice por completo esa visión: aquí hay una generación que entiende la investigación como una herramienta poderosa para comprender su entorno, proponer soluciones y, por qué no, transformar realidades”


Los días 7, 8 y 9 de mayo del presente año se llevó a cabo el XXIV Encuentro Departamental de Semilleros de Investigación (EDSI) – Nodo Antioquia 2025, un evento que reúne a semilleros de investigación de colegios e instituciones de educación superior del departamento y en el cual tuve el honor de participar como evaluador de algunos proyectos del área de ciencias sociales, humanidades y educación. Las impresiones que me generó este evento se convirtieron en aliciente para retomar mis columnas periódicas en el periódico Al Poniente, una actividad que había tenido en pausa por mis compromisos académicos y profesionales.

Lo primero que quiero destacar es la grata sorpresa que me llevé con la cantidad y diversidad de proyectos presentados. La variedad de temas, enfoques y formatos evidencia no solo el crecimiento de una cultura investigativa en Antioquia, sino también el entusiasmo con el que muchas y muchos jóvenes se están acercando al mundo de la investigación. Lo hacen con pasión, curiosidad y un compromiso que se nota desde la forma en que presentan sus ideas hasta las preguntas que buscan responder.

Y esto no es menor. Durante años, la investigación en el ámbito escolar ha sido vista como un “relleno” curricular, algo lejano y reservado para académicos de bata blanca o ratones de biblioteca. Afortunadamente, lo que observé en este evento contradice por completo esa visión: aquí hay una generación que entiende la investigación como una herramienta poderosa para comprender su entorno, proponer soluciones y, por qué no, transformar realidades. Se trata de una forma de pensar el mundo que promueve el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de asombro.

Ahora bien, este entusiasmo no está reñido con la rigurosidad. Por el contrario, los proyectos que pude ver —más allá de los que evalué directamente— muestran disciplina, claridad en sus objetivos y un interés genuino por aportar a sus comunidades. Algunos apuntan a transformar realidades muy cercanas, como su colegio o municipio; otros, a problemáticas más amplias, de carácter nacional. Pero en todos hay una intención clara: generar conocimiento que sirva (a veces a las comunidades, otras al sector privado) y que tenga impacto.

Otro aspecto que me pareció muy valioso fue la diversidad de edades y niveles educativos entre los participantes. Entre los equipos que evalué hubo desde un niño de 10 años, pasando por estudiantes de décimo y undécimo grado, hasta universitarias que ya cursan su carrera profesional. Este abanico generacional también planteó un desafío para nosotros como evaluadores: ¿cómo valorar con una misma rúbrica trabajos tan distintos, si las capacidades y niveles de formación varían tanto? Esa inquietud me acompañó durante todo el evento y me llevó a pensar en la necesidad de generar más diálogo entre los distintos niveles de formación y escenarios de investigación. El EDSI es sin duda uno de esos puentes, y vale la pena fortalecerlo.

También me llamó la atención un dato que no deja de ser interesante: de las 13 personas cuyos proyectos evalué, 11 eran mujeres. Esto, probablemente ligado a los estereotipos tradicionales que asocian a las mujeres con las ciencias sociales, humanas y la educación, no debe entenderse como un problema en sí mismo. Pero sí puede abrir preguntas importantes: ¿por qué los hombres participan menos en estas áreas? ¿Cómo influyen los roles de género en la elección de los temas investigativos? Son preguntas que merecen explorarse, quizás incluso para futuros proyectos de investigación.

Vale la pena terminar esta breve columna haciendo mención honoraria a aquellas personas e instituciones que, tras bambalinas, contribuyen a la formación investigativa de los participantes y al correcto desempeño del evento. En primer lugar, a los docentes coordinadores de cada semillero, quienes estimulan el pensamiento crítico y las capacidades analíticas de sus estudiantes y los instan a participar de este tipo de espacios; sin ellos, no existiría un relevo generacional ni se verían jóvenes tan apasionados por el conocimiento. En segundo, al Instituto San Carlos, institución que en esta ocasión prestó su espacio y apoyo logístico para la realización del evento. En tercero, a las instituciones de educación media y superior que estimulan a sus docentes a participar como evaluadores, contribuyendo a que se genere un diálogo de ida y vuelta, pues estos retornan a sus espacios de trabajo con nuevas impresiones y aprendizajes que enriquecerán a futuro a su respectiva universidad o colegio.

Finalmente, es importante señalar que algunos de los proyectos presentados tendrán la oportunidad de pasar al Encuentro Nacional por sus excelentes resultados en la evaluación. Es un reconocimiento merecido, pero también es importante decir que quienes no fueron seleccionados también hicieron un trabajo valioso. La investigación no se trata solo de obtener un cupo o ganar un reconocimiento, sino que es, sobre todo, el proceso: las discusiones que enriquecen el proyecto, el trabajo en campo que lo va guiando, la posibilidad de impactar positivamente una comunidad, el aporte al área de nuestro interés… Por eso quisiera terminar esta columna felicitándolos a todos y todas, por mostrar su compromiso, empeño e interés y por compartir con nosotros sus avances investigativos. ¡Sigan así!

Jorge Andrés Aristizábal Gómez

Historiador, docente universitario e investigador. Mis temas de interés giran en torno a la construcción de paz, las configuraciones territoriales, los estudios urbano-regionales y a problemáticas culturales y políticas variadas. También soy un apasionado por la cultura del hip hop en sus múltiples expresiones.

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