“El país pasa por un momento de oscuridad sin precedentes, una incertidumbre que corroe la tranquilidad de cada colombiano, por una angustia que hace pensar que lo peor para Colombia está por venir, no es cosa menor que cada ciudadano esté pensando que estamos frente a un régimen con ínfulas totalitarias.”
No podría nunca más llamar al gobierno de Gustavo Petro como gobierno porque simplemente no lo es, el comportamiento en los últimos diez meses demuestra que el ser elegido en las urnas no significa realmente gobernar democráticamente. Lo que hoy experimenta Colombia es un RÉGIMEN, estamos bajo un régimen que se arropa debajo de los discursos de la justicia y la igualdad social.
Los ataques constantes a los medios de comunicación, a las entidades judiciales que investigan, a los partidos y movimientos de oposición y a todo lo que no esté de acuerdo con Petro son de extrema gravedad, ponen en peligro los más grandes y preciados valores de una democracia.
En Colombia está en riesgo la libertad de prensa y de expresión porque al jefe del régimen le incomodan las noticias y las investigaciones periodísticas que sacan a la luz diferentes escándalos de las entrañas del régimen como quedó evidenciado con los ataques a la revista semana por publicar una denuncia sobre miles de millones de pesos que había en la casa de la Jefe de Gabinete del presidente.
Como un totalitario y después de que ese medio de comunicación sacara más información de ese escándalo, Petro sacó un comunicado amenazando a la directora de la revista semana y presionando a los dueños de ese medio de comunicación para que se callaran. Esos son signos de que la libertad de prensa y de expresión en Colombia corren grave peligro.
La pelea del presidente con el jefe de la Fiscalía General de la Nación, el fiscal Francisco Barbosa es impresentable y de una preocupación mayúscula porque demuestra que Petro no quiere tener una armonía con el poder judicial sino una confrontación para tener motivos después de intervenir y tomarse el poder judicial cual régimen totalitario y dictatorial.
El jefe del régimen se le olvida o no entiende que el presidente de la república no es el jefe de ninguna entidad judicial, en su egocentrismo e ignorancia le parece que ser “jefe de Estado” es ser jefe de todas las entidades del Estado, al parecer Petro no sabe entender lo que lee o hace una interpretación maquiavélica de la Constitución para tener motivos de intervención. Lo que hace Petro es atentar contra la separación de poderes que es la base de una república.
Pero sus ataques no terminan, así como ataca a los medios de comunicación que hacen su trabajo, es decir, criticar al régimen, y así como la Fiscalía General de la Nación y las demás entidades judiciales hacen su trabajo, es decir, investigar sin importar el color político e ideológico también ataca a los partidos y movimientos políticos de oposición tratándolos con improperios y poniendo en riesgo sus vidas con cada mentira que saca a diario.
El país pasa por un momento de oscuridad sin precedentes, una incertidumbre que corroe la tranquilidad de cada colombiano, por una angustia que hace pensar que lo peor para Colombia está por venir, no es cosa menor que cada ciudadano esté pensando que estamos frente a un régimen con ínfulas totalitarias.
En una cosa si estoy con Petro, que Colombia si tuvo un cambio, pero un cambio de gobierno que favorece a los grupos criminales, que se quitó la careta de demócrata y desnudó sus verdaderas identidades para con el pueblo colombiano, ahora todo el régimen está volcado en favorecer los intereses de grupos como el ELN y las disidencias de las FARC. Increíble pero real que hoy tengan más garantías los bandidos que la gente honesta.
En verdad como colombiano quisiera equivocarme pero el régimen en cabeza de Gustavo Petro acabará y está acabando con la tranquilidad, la esperanza, los sueños, el porvenir, el proyecto de vida y la ilusión de cada colombiano. Sus actuaciones dejan ver que sus intenciones son única y exclusivamente acabar con la república, con la democracia y con lo mas valioso de un ser humano después de la vida, su LIBERTAD.
Mientras existamos en Colombia hombres y mujeres valientes dispuestos a dar hasta nuestra vida por defender esta tierra habrá esperanzas y que le quede claro al régimen que aunque tenga ínfulas totalitarias, aunque le guste inclinarse para venerar al comunismo como lo hizo Petro en Alemania, nunca podrá subvertir el orden constitucional y democrático de esta nación.
Defendamos la libertad de prensa, defendamos la libertad de expresión, defendamos nuestro derecho a decir lo que pensamos así al régimen le moleste, las grandes sociedades a través de la historia han logrado salir adelante porque el poder reside en cada individuo y rechazan que sea un régimen el que tenga todo el poder.
¡DEFENDAMOS NUESTRA LIBERTAD!
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