¿El regalo del odio? (¡fuera Petro!)

Para algunos estrategas y políticos, el regalo del odio puede ser un camino corto y efectivo para llegar al poder, no debe ser un odio radical, visceral o evidente, pero puede ir acompañado de pequeñas dosis de odio, que pueden incluso ganar una presidencia.

Existe un libro llamado el regalo del amor del Reverendo Martin Luther King Jr. el cual recopila varios de los famosos discursos y sermones que él dio cuando lideró el movimiento por los derechos civiles para acabar con la segregación racial que existía en Estados Unidos.

Su método de la no violencia y la no cooperación, inspirado en las enseñanzas de Jesús y en el ejemplo de Mahatma Gandhi, consistía en que, sin necesidad de responder a los actos violentos de sus detractores, esto era un medio para despertar las verdaderas morales y la humanidad que existe en todos nosotros, con el objetivo de que entendieran que todos somos iguales y que el trato injusto debía ser abolido.

Su liderazgo del movimiento, por pacifista que fuera, tuvo un alto costo para él y su familia, fue objeto de amenazas de muerte, bombas, golpes y al final el asesinato. Sin embargo, su activismo dio fruto y logró que los negros tuvieran los mismos derechos civiles que los blancos.

El amor, fue el camino, y la estrategia política que escogió Martin Luther King para derribar las murallas de la segregación, dejó de lado el odio, porque, como él lo mencionaba, devolver odio con odio, solo genera más odio, el odio destruye el sentido de los valores del hombre y su objetividad.

Sin embargo, para algunos estrategas y políticos, el regalo del odio puede ser un camino corto y efectivo para llegar al poder, no debe ser un odio radical, visceral o evidente, pero puede ir acompañado de pequeñas dosis de odio, que pueden incluso ganar una presidencia.

Gustavo Petro, el petrismo y los sectores de izquierda que lo han acompañado, durante años como táctica emplearon una muy estructurada narrativa que ha consistido en dividir al país entre buenos y malos, entre ricos y pobres, entres opresores y oprimidos, entre despojados y despojadores, que incluso ayudó como detonante en el denominado “estallido social”.

La cual sin duda lo llevó  al sillón presidencial de la Casa de Nariño, sin embargo,  durante el proceso, generaron muchas fracturas, sembraron y exacerbaron muchos odios, lograron incluso que palabras como “gente de bien” fuera un estigma y tacha social, llevaron a jóvenes a la violencia, y a defender la quema y destrucción de infraestructura como una forma legítima de protestar y expresar su descontento, enseñaron que, incluso, estaba bien burlarse y hacer escarnio del oponente, señalándolo de fascista, paramilitar o riquito blanco. Todo esto lo hicieron mientras hablaban de justicia social, igualdad, y que iban a ser el gobierno de los desfavorecidos (los y las “nadies”).

15 meses después de tomar las riendas del país, tenemos un país fuertemente dividido, fruto de las semillas de odio sembradas por Petro durante años, la situación económica del país empeora cada día, las reformas se encuentran en veremos en el Congreso, la impopularidad del presidente ronda el 70% y el descontento social se hace notar.

El grito de “Fuera Petro”, que fue una manifestación en contra de él y no a su hija, como hábilmente lo está tratando de vender, es solo el reflejo de un país que le pasa factura a la pésima gestión de un mal gobernante que prometió mucho, y que no es capaz de cumplir.

Lo que debe surgir de todo esto es una nueva forma de hacer política, y por qué no, darle una oportunidad al ejemplo de Martin Luther King Jr. es decir, al camino que Jesús enseñó.


Todas las columnas del autor en este enlace: Luigi Parra Forero

Luigi Parra Forero

Esposo. Papá. Economista. Maestría en Economía
@UNALOficial. Docente Universitario. Escritor. Menos Estado. Menos Impuestos. (#LOML)

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