Estimado rector John Jairo Arboleda, lo referencio en el título de la presente carta abierta con su nombre de pila porque así lo presenta el alcalde electo, Federico Gutiérrez, en el comunicado en el cual lo delega como parte de su comisión de empalme; responsabilidad que desde el 9 de noviembre usted comparte con reconocidos empresarios, políticos y exfuncionarios. Todos muy cercanos a la trayectoria política del exalcalde que nuevamente asumirá en La Alpujarra con el mayor respaldo electoral en la historia de la ciudad.
Ahora bien, sin entrar a considerar motivaciones de orden político, me dirijo a usted como el rector de una Universidad que se ha caracterizado a lo largo de su historia – aún en medio de los embates más duros del conflicto armado y de la más intensa violencia política- por la defensa del pluralismo democrático, la vida, la diversidad y especialmente de la paz. Nuestra Alma Mater y la principal cuna intelectual de innumerables generaciones de antioqueños y antioqueñas.
En el comunicado que presenta a la opinión pública la comisión de empalme, el alcalde electo afirma que tanto usted como los demás integrantes “representan lo que queremos como gobierno”; afirmación de hondo calado político que me pone a reflexionar, como integrante activo y crítico de la comunidad universitaria, por su eventual compromiso tanto en el proceso de empalme como en un futuro gobierno del alcalde Gutiérrez. ¿Acaso, es un compromiso personal o es de corte institucional?
Personalmente, si me resulta pertinente, en aras de proyectar una comunicación asertiva ante la comunidad universitaria, precisar el rol que usted asumirá en la comisión nombrada por el alcalde electo, esto porque a lo largo de la reciente campaña electoral -muy mediada por altos niveles de hostigamiento y una profunda polarización- el entonces candidato Federico Gutiérrez se mostró adverso a los esfuerzos de paz que se vienen adelantando desde el gobierno Nacional el marco de la política de Paz Total.
Y hago referencia expresa al tema de la paz porque es el que me convoca como integrante de la Universidad de Antioquia, y, además, porque resalto su esfuerzo como rector por impulsar la creación de la Unidad Especial de Paz y los programas de extensión que han permitido dinamizar compromisos para avanzar en una propuesta académica, formativa y social en torno a la paz territorial. Porque la Universidad de Antioquia es territorio de paz, reconciliación y convivencia.
De ahí que me llamé la atención que Federico Gutiérrez afirmé que usted como integrante de su comisión de empalme representa “lo que queremos como gobierno”; porque a la luz de sus declaraciones en diferentes medios de comunicación, su visión adversa hacia un esfuerzo de paz que se construye desde dinámicas de negociación política, espacios de diálogo socio-jurídico y programas de atención a jóvenes en alto riesgo de reclutamiento, no se sintoniza con las apuestas históricas de una universidad que sí se la ha jugado siempre y de frente por la paz.
Una universidad que usted tiene el privilegio de presidir y que le ha confiado dos mandatos consecutivos para consolidar algunas de sus principales apuestas históricas.
Por eso, estimado rector John Jairo Arboleda, le pregunto: ¿cómo interpretar su compromiso en la comisión de empalme del alcalde electo?
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