“Colombia requiere un Presidente que una y gobierne desde el sentido común, se aleje de los extremos y se enfoque en generar los cambios demandados por la ciudadanía, pero con un alto sentido de responsabilidad política y económica; es decir: con cero populismo y total cuidado a la democracia, a las libertades y a las instituciones que hay que fortalecer”.
Según una encuesta de la Universidad del Rosario en asocio con El Tiempo, la fundación alemana Hanns Seidel Stiftung y la firma Cifras y Conceptos, aplicada a personas entre 18 y 34 años (“centennials’) -que son aproximadamente 12,5 millones de colombianos-, la mayoría de los jóvenes del país se consideran de centro. Muchos de ellos, que antes de la pandemia y/o el paro nacional respondía no saber o no interesarles este tema, esta vez se ubicaron mayoritariamente en el centro, seguido por la izquierda.
Con respecto a los problemas por resolver en Colombia, los jóvenes consideran que la falta de empleo (54%), la inseguridad en las calles (52%), las demoras en atención a salud (38%), los hechos de corrupción (36%), la desigualdad (34%) y la pobreza (33%), son los principales. Todos estos problemas afectan en mayor medida a los jóvenes de los niveles socioeconómicos bajo y medio. El incremento de la violencia y los actos vandálicos, afectan en mayor proporción a los jóvenes de estratos altos, aunque los porcentajes para los tres niveles son muy semejantes.
Frente a las instituciones y a las elecciones del 2022, al 33% de los jóvenes encuestados las elecciones de este año les genera esperanza, un sentimiento predominante en los jóvenes de los municipios rurales dispersos (46%) y ubicados en el espectro ideológico de izquierda (41%). Las instituciones que les generan menos confianza son los partidos políticos con el 73%, el Congreso de la República con el 72% y la Presidencia con el 71%. Las universidades públicas (68%) y privadas (61%) y los medios de comunicación independientes (57%), están entre las principales instituciones con mayor legitimidad entre ellos.
Aunque el 67% de los jóvenes que piensan votar en las próximas elecciones no ha definido su voto para presidente, la intención de sufragio en las urnas se inclina por un candidato de centro (21%), muy seguido por uno de izquierda (19%) y de centroizquierda (17%). Algo muy positivo es que el 78% de los encuestados cree que votar es una forma de ayudar a transformar y solucionar los problemas del país.
En cuanto al perfil del Presidente que quieren los jóvenes, la mayoría se inclina por el que tenga experiencia política (48%), sepa de economía (43%) y sepa de temas sociales (34%). Los criterios a la hora de elegir por quién votar, se basan en las propuestas del candidato (58%), el perfil del candidato (47%) y su ideología (34%).
Las propuestas de interés para los jóvenes, son en su orden: seguridad ciudadana (77%), empleo joven (76%), lucha contra la corrupción (75%), lucha contra el narcotráfico (74%), apoyo a los nuevos emprendimientos (73%), desarrollo y tecnificación del campo (71%), equidad de género (69%), entre otros.
En conclusión: la juventud quiere apostarle al cambio.
La juventud sondeada representa una cuarta parte de los votantes colombianos y expresó, en un 75%, que le apostará al cambio. Y no es para menos. Si bien el país avanza positivamente en su reactivación económica, tras la pandemia se profundizaron problemas estructurales que afectan de manera especial a los jóvenes, como lo es el empleo. Además, la corrupción sigue siendo uno de los males que ensombrecen el ejercicio político y minan la confianza de la gente en los líderes y las instituciones representativas.
Que más de la mitad de los jóvenes encuestados se ubiquen en el espectro político de centro, demuestra justamente que no están interesados en ideologías polarizantes sino en acuerdos que generen soluciones concretas a los problemas reales del país. Si bien hay reivindicaciones que han sido tradicionalmente adjudicadas a un sector político determinado, Colombia requiere un Presidente que una y gobierne desde el sentido común, se aleje de los extremos y se enfoque en generar los cambios demandados por la ciudadanía, pero con un alto sentido de responsabilidad política y económica; es decir: con cero populismo y total cuidado a la democracia, a las libertades y a las instituciones que hay que fortalecer.
Un Presidente que se alinee con la agenda de los jóvenes optimistas que son el 58% en el país. Un Presidente que promueva más empleo joven, luche contra el narcotráfico y la corrupción, apoye a los nuevos emprendimientos, promueva el desarrollo y la tecnificación del campo, impulse el cambio a energías renovables, esté a favor de la equidad de género, garantice la seguridad ciudadana, tenga presente los desafíos climáticos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se comprometa con la implementación (justa y responsable) de los acuerdos de Paz.
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