En Colombia en estos últimos años en los cuales el país se encuentra inmerso en un nuevo proceso de paz (que ya se está haciendo viejo) se ha evidenciado un cambio de agenda en los grandes medios de comunicación virando hacia el apoyo irrestricto al mismo. Hasta en la última campaña presidencial los dos principales medios de comunicación se convirtieron en mercenarios de la causa del gobierno donde el apoyo descarado al mismo fue evidentemente claro.
Por este tipo de cosas la llegada de Claudia Gurisatti a la dirección del noticiero RCN, una mujer con una agenda muy diferente al gobierno, esto ha levantado ampollas en varios sectores políticos afines al proceso de paz y al gobierno mismo, entendiendo que estaban acostumbrados a unos medios de comunicación que aplaudían como señoritas todas las decisiones del gobierno y escondían en lo posible las acciones terroristas que involucraran a las FARC. Buscando con esto no afectar la popularidad del proceso, en el cual se cimenta la gestión de Santos.
El último y más sonado caso de ataque contra Gurisatti vino por medio de una columna escrita por el analista León Valencia, en la cual insinúa muy claramente que la periodista colocó el medio a favor de una causa política, causa asombro que Valencia aparezca como redentor de la libertad de prensa, cuando nunca ha levantado una voz de protesta por la captura de Canal Capital por la izquierda y la alcaldía de Gustavo Petro.
De todo esto lo más preocupante es que se han vuelto frecuentes los comentarios malintencionados hacia la gestión de Gurisatti en el canal, secretarios de la prensa y demás se han molestado porque el noticiero dejó de complacer en un cien por ciento a los intereses del gobierno.
En una entrevista concedida a la FM de Vicky Dávila, la periodista dejaba claro que informar acerca del proceso de paz no es atacarlo, ya que en Colombia se volvió costumbre “hacerle pasito” a las FARC, ya que mostrar sus actos deplorables con un cubrimiento real (no arrodillado) se había convertido en el pan de cada día. Todo esto en contra de los intereses colectivos y dándole la espalda a las realidades que los colombianos de a pie, afectados por el conflicto viven.
Y es que en su columna Valencia se va con todo contra NTN 24 (El canal internacional que dirige Claudia también) acusándolo de ser un medio de propaganda “al mejor estilo stalinista” en contra de la izquierda en América, todo esto resulta paradójico cuando Valencia era un constante panelista en el canal de televisión. Mal paga el diablo a quien bien le sirve.
Es preocupante que los distintos sectores que dicen construir la paz busquen matonear a quienes no piensan como ellos, a través de columnas, trinos etc. Porque aquí parece que se hizo imposible tener otra agenda que no vaya a ciegas apoyando el proceso de paz, la libertad de prensa se pone en peligro porque lo más preocupante de todo es que se crea una presión indebida beneficiando unos intereses que vaya a saber Dios a quiénes responde, sean claros u oscuros.
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