El porte de armas para mujeres: un derecho a la autodefensa

En un mundo ideal, todas las personas podrían caminar por las calles sin temor a ser víctimas de la violencia. Sin embargo, la realidad es que vivimos en una sociedad donde la violencia, especialmente contra las mujeres, es un problema persistente. En este contexto, el debate sobre el porte de armas se vuelve relevante y necesario. Por ello, el derecho a portar armas como una cuestión de libertad individual y autodefensa es plenamente justificable.

Autodefensa y empoderamiento

El primer argumento a favor del porte de armas para mujeres es el derecho a la autodefensa. Las estadísticas muestran que las mujeres son a menudo víctimas de delitos violentos. En este sentido, el porte de armas puede proporcionar una forma efectiva de protección personal. En naciones con escaso acceso a la seguridad –como las nuestras, en Latinoamérica–, las armas brindan sensación de protección y salvaguardan el derecho fundamental a la autodefensa.

“Según diferentes fuentes oficiales de varios países de América Latina y un estudio publicado en noviembre de 2022 por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL durante 2021 se registraron más de 4.000 feminicidios en toda la región, y el delito no desistió durante 2022.” (REDLAD, 2023)

En 2021 se realizó un estudio por parte del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG, 2021) mostrando una preocupante realidad: las mayores tasas de femicidio o feminicidio fueron registradas en Honduras (4,6 casos por cada 100.000 mujeres), República Dominicana (2,7 casos por cada 100.000 mujeres) y El Salvador (2,4 casos por cada 100.000 mujeres).

En Colombia, 993 mujeres fueron víctimas de homicidio: 95 casos más de los registrados en 2020. Estos 993 homicidios de mujeres registrados por el Instituto Nacional de Medicina Legal (INML) corresponden al 7,5 % de los 13.238 homicidios registrados en el país en 2021, donde más de la mitad de las víctimas (56 %) tenían entre 20 y 39 años. (UN Women Colombia, 2022)

Lo mencionado anteriormente es solo “la punta del iceberg” de la realidad de las mujeres respecto a los diferentes tipos de violencia de los que llega a ser víctima. En razón a ello, el porte de armas puede ser visto como una forma de empoderamiento para las mujeres; de dicha manera pueden tener la capacidad de defenderse, y sentirse más seguras y confiadas en su vida diaria en aras de hacer efectivo el desarrollo de una vida plena.

Disuasión del crimen

Otro argumento es que el porte de armas puede actuar como un elemento disuasorio para los criminales. Si el posible agresor tiene conocimiento de que una mujer puede estar armada, no atacaría con la misma seguridad, o al menos, se lo pensaría dos veces antes de atacar, por lo cual, este sería un mecanismo efectivo para la indefensión con la que están las mujeres hoy en día respecto a su victimario, considerando que, por lo general, su agresor es un hombre, y físicamente puede llegar a ser más fuerte en razón de su dotación hormonal. De hecho, estudios indican que por diferencias morfológicas, el cuerpo del varón es por término medio 8 % más grande, 10 % más pesado y 7 % más alto que el de la mujer (López, 2015). Tal composición corporal, sumada al porte de un arma, puede generar una potencial amenaza, dejando a la mujer en un estado de inferioridad e indefensión aguda.

En virtud de esto, se hace inminente disuadir el crimen a través de un mecanismo de contraataque, como el porte de un arma, pero de manera responsable.

Responsabilidad y educación

Es importante destacar que el porte de armas debe ir acompañado de una educación adecuada sobre su uso seguro y responsable. Las personas que deciden portar un arma deben recibir capacitación idónea para garantizar que puedan manejarla de manera segura, en ejercicio de su derecho a la autonomía personal, y teniendo un especial cuidado con respecto a las implicaciones para la seguridad pública y los derechos individuales.

Es pertinente además hacer uso de un enfoque interdisciplinario que permita evaluar el estado mental y físico de los postulantes a tener permiso de porte de armas, así como antecedentes penales que incluyan armas de fuego.

De esta manera, así como se debe promover el uso autorizado de armas para defender la propiedad privada, no debe implementarse de forma exclusiva en la defensa de la vida de las mujeres que se encuentran amenazadas diariamente. Lamentablemente, ese es el resultado de la inseguridad existente en el país y la ineficiencia del Estado para resolver dichos problemas: la Policía Nacional y los demás entes de seguridad del Estado colombiano no llegan a tener total cobertura en el territorio nacional, o en caso tal, tienen una respuesta tardía ante el peligro o la amenaza, lo que de hecho aumenta la vulnerabilidad de las víctimas. Es entonces el porte de armas una forma efectiva de defensa ante los actos antijuridicos, convirtiéndolo en mecanismo disuasorio y, potencialmente, un reductor de los índices de inseguridad en Colombia.

En conclusión

El debate sobre el porte de armas ha sido objeto de controversia en muchos lugares del mundo, siendo complejo y multifacético. Sin embargo, en un mundo donde las mujeres son a menudo víctimas de violencia, el derecho a portar armas debe ser visto como una herramienta potencial para la autodefensa y el empoderamiento de la mujer: el acceso a las armas puede nivelar el campo de juego. Como sociedad, debemos continuar trabajando para garantizar la seguridad y los derechos de todas las personas.

También, es importante el entrenamiento y la educación sobre el uso seguro de armas para garantizar que las mujeres estén preparadas para manejar situaciones de amenaza de manera efectiva, considerando los derechos individuales, la seguridad pública y el impacto en la sociedad en su conjunto.

Referencias

López, R. (2015, 3 de julio). Diferencias físicas entre el hombre y la mujer para entrenar. Diario de Navarra – Noticias de Navarra, Pamplona, Osasuna, Deportes. Recuperado el 7 de octubre de 2023 de: https://www.diariodenavarra.es/noticias/blogs/fitness/2015/07/03/diferencias-fisicas-entre-hombre-la-mujer-para-entrenar-642425-3353.html.

OIG. (2021). Feminicidio. Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio.

REDLAD. (2023, 1 de marzo). ALERTA América Latina: el feminicidio aumenta y la impunidad también. REDLAD – Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia. Recuperado el 7 de octubre de 2023 de: https://redlad.org/alerta-america-latina-el-feminicidio-aumenta-y-la-impunidad-tambien/.

UN Women Colombia. (2022). Anexo: cifras nacionales sobre violencia contra las mujeres en Colombia. UN Women Colombia. https://colombia.unwomen.org/sites/default/files/2022-11/Anexos%20cifras.pdf.


Esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Ailyn Amell

Escritora, conferencista y libertaria. Abogada egresada de la Universidad Libre Seccional Bogotá; actualmente, cursa la maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Transformaciones Sociales para la Paz en la misma universidad. Coordinadora Local Senior de SFL Colombia (Students for Liberty Colombia) y estudiante-miembro de Mujeres Exitosas Latinoamérica.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.