En esas jornadas de vida, en cargos buenos, regulares y pésimos; se puede observar con libertad las artimañas del PODER en manos de muchas personas y de verdad que hay muchas experiencias bonitas por la forma en las que se maneja el PODER; pero también se pueden tener experiencias absurdas como maltratos, acosos y dejadez quienes no saben o no supieron que el PODER no es otra cosa que el rato que nos otorgan para brindar oportunidades a los demás y permanecer con los pies en la tierra para enfrentar la inevitable salida de esos espacios de confort.
Esas frases o dichos que siempre nos han acompañado en Antioquia; vienen como anillo al dedo y que para efectos de este escrito se vienen a la memoria:
«Un Bobo cariado, mata la mama»: cuando se le entrega el poder a alguien que sabemos que no es apto, pero queremos hacerlo sentir importante y empieza a tomar decisiones en detrimento de lo que los demás vienen haciendo bien.
«De tal palo, tal Astilla»: cuando nos da por creer que alguien de la familia de una persona muy visible por su manera de enfrentar las situaciones difíciles; ha heredado ese mismo Don y le damos el PODER para que se joda en los que lo rodean.
Y así sucesivamente, si hacemos una interpretación de cada dicho con el manejo del PODER; encontraremos que el PODER no es para cualquiera, aunque ya es costumbre pagar deudas políticas con burocracia que ocupan personas Ineptas, Desadaptadas Sociales, Corruptas y hasta Criminales.
Claro que en esta Viña del Señor también se hacen goles al nombrar a personas superperfiladas para ocupar grandes cargos de PODER; que por cuestiones de espacio no puedo traer a colación o porque sencillamente las personas que mejor manejan el PODER son menos bulliciosas y llenas de realizaciones que muy pocos les reconocen.
El PODER lo vemos por doquier, en nuestros hogares, en nuestros lugares de estudio, en nuestros lugares de trabajo, en la política, en la religión, en el sector privado, en las organizaciones sociales, en las llamadas fuerzas oscuras de la delincuencia, en la esquina, en el barrio, en fin en muchos espacios.
Viene a la memoria una gran frase del Ex Presidente DARIO ECHANDÍA tras el asesinato del Líder y Candidato a la Presidencia Jorge Eliécer Gaitán, «¿El PODER para qué?».
Miles de respuestas pueden surgir de esa gran pregunta y los buenos se quedarían con esta de servir a los demás para lograr un desarrollo con dignidad y la otra de los malos que responderían a sus egos y vanidades con frases como estas: «para vivir tranquilamente el resto de nuestras vidas», «para ser reconocidos en el ambiente que genera el caos como el narcotráfico o las dictaduras» o para los Tibios; esos que no se creen ni malos, ni buenos: «El poder es para tener la oportunidad de responder a las demandas de los que creen que lo puedo hacer todo».
¿A Quién no le gustaría tener el PODER?, un poder para visibilizar los colectivos llenos de penurias y obtener soluciones, el PODER para concebir una sociedad de bienestar que incluya a los más vulnerables e incentive a la solidaridad, el PODER para construir desde el presente lo que las próximas generaciones tendrán que enfrentar.
Pero como el PODER es tan esquivo, tenemos que trabajar día a día para ser felices con lo que podemos lograr al juntarnos con otros y pedir que nuestro ego no se agrande cuando nos encontremos con el PODER fugaz que a veces se nos atraviesa.
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