«El amor buscado es bueno, pero dado sin buscar es mejor»
William Shakespeare
En esta columna quiero hablar un poco sobre Ágape, el cual es poco conocido, pero es el más fuerte no del sentimiento de amar, sino de la sutil decisión de amar genuinamente. Cabe señalar que una de las mejores cosas del ser humano es aprender a “amar” correspondiendo a los distintos lenguajes de afecto de la otra persona receptora de amor. El concepto de amor Ágape es inexplicable hasta el punto de accionarse y luego decirse a través de actos. Actos que no se piden, pero que se necesitan y se deben hacer sin que sean una carga. Actos que llenan y satisfacen, envueltos entre palabras, tiempo, detalles, actos de servicio y un tanto de tacto físico. El poder la unión ronda en que ya no son dos contra el problema, ahora son uno solo contra la adversidad, tormenta o cualquier otro factor; y he aquí donde aparece el trabajo en equipo y Ágape se fortalece. Esto me recuerda a la frase de Erich Fromm cuando dijo “El amor hace posible la paradoja de dos que se vuelven uno sin dejar de ser dos”.
Hoy en día, cuando los miembros del matrimonio presentan un problema o contienda entre ellos mismo suelen alejarse por determinado tiempo, como si el “distanciarse tanto” o dejarse de hablar resolverá su situación. ¡Que ilógico no!, o simplemente el “yo aguanto más sin hablarte porque mi ego es más fuerte que el tuyo”. A veces puede más el orgullo como principal enemigo en la escuela del matrimonio y la convivencia, lo que como consecuencia produce infelicidad bajo un techo de dos, o más si tiene hijos. Volviendo al caso anterior, si ambos presentan una dificultad o contienda entre ellos mismos y no se alejan, sino que ambos se acercan a Dios esto tendrá otro sentido y vendrá el nudo de tres dobleces. Es más sencillo resolver, solucionar, aclarar y todos los sinónimos que usted se sepa, aplicarlos cuando ambos vamos al mismo centro: DIOS.
Hay un texto escrito en la Biblia como el siguiente:
“Y si alguno prevalece contra el que está solo, dos estarán contra él, pues cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. (Eclesiastés 4:12)
Fácilmente, la unión es un nuevo equipo cuyo técnico será Dios haciendo la analogía de un equipo de futbol. El técnico guía y orienta a la nueva unión, y más aún cuando estos han tenido principios de no andarse buscando reflejado en las palabras de Shakespeare de la cita mencionada. El arte de amar a diario es un reflejo que puede notarse en los aspectos de la pareja, esposo o esposa. Se ama de diferentes maneras, pero primero para hacerlo debo tener una cercanía a Dios. ¿Cómo puedo amar a alguien que no veo? ¿Cómo puedo amar a alguien que dice que me ama y yo no le siento? Este es el primer punto y el más importante para tener un nudo de tres dobleces si creo que así sucederá. Seré honesto, pero usted no puede decir que ama a alguien si no ha aprendido amar a Dios como fuente principal, porque el que no ama no ha conocido a Dios; porque Dios es amor (1 Juan 4:8). Dios es el foco y pilar para que toda unión sea fructífera.
Una de las mejores cosas que le puede pasar al ser humano también es…envejecer…pero envejecer amando y esto es de Dios solo si y únicamente si, él hace el nudo de tres en un equipo de dos mortales…
Comentar