El día de hoy comienza un nuevo paro agrario en el país en el que cerca de 100 mil campesinos se volcaran en las calles de varios departamentos. Un paro que para muchos es más político que cualquier otra cosa, y no es para menos pensarlo pues las elecciones son en menos de un mes.
Pero más allá de si el paro es o no político, lo cierto es que el Gobierno Nacional ha incumplido los acuerdos a los que llegó el año pasado con los campesinos del país. Evidentemente puede haber sectores interesados en que el presidente Santos se vea deslegitimado en el país a escasos días de unos comicios que generan poca emoción. Sin embargo creo yo que los campesinos tienen razón en salir a las calles a mostrar su inconformismo.
Colombia está en deuda de tener una política agroindurstrial seria que permita una verdadera integración entre agricultores y empresarios, y que abra igualmente paso a un resurgimiento del campo, que a fin de cuentas, es el que nos alimenta cada día.
Los habitantes del campo colombiano se encuentran en condiciones de miseria a la vez que pierden cada día más dinero fruto de sus cosechas mal remuneradas. El transporte de alimentos a las centrales de abastos, los altos costos de insumos, y los tratados de libre comercio firmados a diestra y siniestra, están acabando con nuestro agro. No es de mi estilo despotricar de la integración económica con otros países. Entiendo perfectamente que vivimos en un planeta globalizado, y que no podemos mantenernos en la esfera del proteccionismo toda la vida. Pero entiendo también que uno no puede andar firmando TLC’s desaforadamente sin antes entender que se necesitan unas condiciones mínimas en nuestro campo para entrar a competir al mercado internacional.
Pero este paro, como la mayoría de protestas que ha habido en Colombia, tiene otro ingrediente: la estigmatización por parte del gobierno. No tardó el ministro Pinzón en salir a decir que el paro estaba infiltrado por las FARC y el ELN. Tampoco tardó el presidente Santos en decir que detrás de este paro están el expresidente Uribe y otros sectores políticos que quieren afectar su reelección. Mucho menos se demoró el ministro Lizarralde en decir que no ve razones para que haya paro y que por el contrario la mayoría de organizaciones sociales no quiere el paro.
¡No señores del gobierno! Este paro no es político. Este paro tiene motivaciones de sobra para darse, y si una de las consecuencias es que el presidente Santos, no sea reelegido, pues enhorabuena por el país que tuvo ya suficiente de malos gobiernos como este y los de los últimos veinte años en materia agraria.
Post scriptum: Claudia López ha sido amenazada nuevamente. Esta vez la UNP dice que hay peligro inminente de que la asesinen. Toda mi solidaridad con ella y sus más cercanos. ‘Kiko’ Gómez y ‘Marquitos’ ya deberían estar condenados.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-prn1/t1.0-9/66463_10151968321795671_2103100727_n.jpg[/author_image] [author_info]Daniel Duque Velásquez: Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT. Crítico y propositivo. Apasionado por la política, los temas de actualidad y el fútbol. Ciudadano del común. Leer sus columnas. [/author_info] [/author]
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