Con pocas fisuras y sin mayores ruidos internos, el mosaico de pequeños partidos que componen al Pacto Histórico en Medellín adhirió al candidato-títere del exalcalde Quintero, así, las principales fuerzas del Pacto en Antioquia se cierran a la banda con el “quinterismo”, pues hace un par de semanas se integraron -en una movida que tuvo mucho más de “subasta” que de alianza programática- a la campaña a la Gobernación del también quinterista Esteban Restrepo.
De esta forma, Quintero consolida su control sobre el Pacto Histórico en el departamento, repitiendo lo que ya alcanzó en las elecciones legislativas de 2022, cuando en otra movida tipo “subasta” logró imponer a Alejandro Toro -un completo desconocido- como la cabeza de la lista a Cámara de Representantes y a su aliado Alex Flórez en una posición estratégica en la lista al Senado.
Ahora, el Pacto Histórico amarra su futuro inmediato al del movimiento personalista de Quintero, siendo una apuesta muy arriesgada, ya que, el exalcalde no solo salió de La Alpujarra con un negativo muy alto, sino con ruidos cada vez más fuertes de corrupción en temas muy sensibles en las luchas históricas de la izquierda tales como la política social, la educación o la alimentación escolar.
Algo que solo me lleva a concluir lo siguiente: la izquierda antioqueña sacrificó su precaria coherencia ideológica a favor del pragmatismo ramplón de Quintero. ¿O qué más podría explicar semejante movida?
Y ese sacrifico es el resultado de sus contradicciones internas y de su incapacidad para proyectar nuevos liderazgos.
De ahí que los micropartidos del Pacto no vean problema en adherirse como remoras a los candidatos-títeres de Quintero, seguramente con la expectativa de contar con una base financiera para impulsar sus candidatos en las alcaldías y sus listas al Concejo y la Asamblea. Porque a los Independientes no les falta la plata, solo hay que ver la sede del candidato-títere de Quintero en Medellín. ¡Es todo un edificio!
Pero en honor a la verdad y con la franca intención de herir susceptibilidades, lo que le suma el Pacto Histórico a Quintero en términos electorales es más bien poco, a lo sumo, el logo. Y un logo que en Antioquia pinta tan desteñido como dividido. ¿Acaso, no hay dos listas al Concejo de Medellín con origen en el Pacto Histórico?
Sin duda, la apuesta es arriesgada y no me cabe la menor duda de que la izquierda antioqueña quedará entrampada en la alargada sombra de Quintero. Con la responsabilidad de “lavarle la cara” ante el amplio abanico de acusaciones, investigaciones y procesos que tiene abiertos por manejos cuestionables en su lúgubre administración; el resultado, vuelvo a repetir, de sacrificar su precaria coherencia ideológica a favor de un pragmatismo ramplón.
Muy bajo han caído, pero más bajo tampoco podían caer. Esa la verdad.
*Se resalta que el candidato conocido como AquinoTicias, el cabeza de lista al Concejo del del Pacto Histórico, no acompañara el evento de adhesión a Juan Carlos Upegui por considerar que desconocía mecanismos democráticos del partido en Medellín.
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