El ocaso de Francia Márquez

La llegada de Francia Márquez al poder representó un hecho histórico, pues fue la primera mujer afro en ocupar el puesto de vicepresidenta en la historia de nuestro país.

Marcando un precedente, Márquez no ocupó sola este puesto, ya que con su nombramiento no solo llegó al poder la comunidad afro del país, olvidada por años y víctima del racismo estatal, sino que también poco a poco los llamados “nadies” se empezaron a posicionar en la discusión pública del país.

Obligando a las élites políticas tradicionales a pensar, o al menos escuchar, las necesidades de esas otras miles de personas que viven fuera de Bogotá y las ciudades principales, que durante años han permanecido al margen de la inversión territorial, y que además sufren el desangramiento de sus seres queridos, la vulneración de sus derechos y los de sus territorios, y que encima tienen un acceso extremadamente limitado a oportunidades laborales y educativas.

Con un estilo directo, insumiso y una voz firme esta importante lideresa de Suárez, Cauca, se consolidó como una de las grandes sorpresas en las elecciones presidenciales pasadas, ya que sobrepasando las expectativas que hubo sobre su votación en la consulta interpartidista logró 777.907 votos, superando las votaciones que obtuvieron políticos con mucha más trayectoria como Alejandro Char, David Barguil, Sergio Fajardo y Carlos Amaya.

Al unirse al Pacto Histórico entonces fueron muchos los votos que Márquez logró reunir para que Petro pudiera llegar al poder, empezando por los de las comunidades afro, los sectores progresistas, y feministas así como de algunos líderes de regiones, solo por mencionar algunos.

No obstante, en este punto del mandato presidencial de Gustavo Petro se ve como Francia se aleja cada vez más de él, encontrándose más sola, y con menos maniobra política, incluso cabe mencionar que el pasado mes de marzo el Consejo de Estado anuló la personería jurídica de su partido “Soy porque Somos” arrebatándole la oportunidad de dar avales con miras a las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.

Con una lista de tropiezos, incluso es posible decir que este es el punto de alejamiento máximo que han tenido el presidente y la vicepresidenta, ya que fiel a su estilo, a Márquez no le ha temblado la voz para manifestar su malestar de incluir en el “Gobierno del Cambio” a políticos como Armando Benedetti, denunciado por violencia de género por su esposa Adelina Guerrero en España, luego de que supuestamente con un chulillo la amenazara de quitarle la ropa.

Algo que fue expuesto públicamente en el primer Consejo de Ministros televisado en el que además la vicepresidenta le solicitó respeto a Laura Sarabia, que también se desempeñó como fiel escudera de Petro.

El último escándalo en el que fue involucrada la vicepresidenta fue en el plan golpista tramado por el excanciller Álvaro Leyva en contra de Petro, donde se habla de solicitudes de ayuda al gobierno estadounidense para tumbar al mandatario y ponerla como reemplazo.

Aunque Leyva dijo que Márquez estaba en “la jugada”, Francia aseveró que jamás se había prestado para conspiraciones porque no es instrumento de nadie, y pidió rápidamente a la Fiscalía investigar el hecho.

Por último, otra gran derrota para la mandataria que vale la pena mencionar, fue el haber tenido que dejar su cargo como ministra de la Igualdad, en la cartera que ella misma creó, y que ha tenido las cifras de ejecución más bajas de todo el Gobierno, en su reemplazo el presidente nombró a Carlos Rosero.

Luego de estos traspiés fue imposible no ver a una Francia Márquez afligida, “No voy a fingir que no me duele, que no cansa, que no gasta. Tengo ganas de gritar, tengo ganas de contar cómo este país nos arrastra a narrativas de exclusión”, dijo desde Cali en un potente discurso.

Al tiempo aprovechó para recordar que pasó de ser un fenómeno político, a ser juzgada por “traidora”, que se le exigió ser sumisa y que en los momentos donde pidió respeto fue tachada de arrogante, todo esto, más allá de ser el saldo de la gestión pública de Francia evidencia que aún en el llamado progresismo persisten actitudes machistas, que proyectaron en una figura tan relevante como ella, un molde, un deber ser, al que nunca se ajustó.

De igual manera, se demuestra una vez más las mujeres con voz propia en la política siguen siendo blanco de ataques machistas por el simple hecho de ser mujeres, por decir lo que piensan, y por defender sus ideas cueste lo que cueste como lo hizo la mandataria en el Consejo de Ministros televisado.

Por el momento, es innegable que Francia se aleja a pasos agigantados del proyecto de Petro, pero esto no quiere decir que su vida en la política pasé de agache en el futuro, pues sigue y seguirá siendo una importante voz que incomoda y representa a los millones de “nadies” que tiene el país.

 

Sara Marín

Soy periodista de la Universidad de Antioquia. He trabajado en medios como el Colombiano y RCN Radio. Me gustan los temas políticos, internacionales, sociales e históricos y amo profundamente el oficio.

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