¿Por qué dar ese salto de lo político a la política electoral?
Yo creo que no es un salto. Siempre se habla del salto como si la política electoral fuera superior. El partido político tiene mucho que aprender de los procesos sociales, por lo menos en términos organizativos. En los partidos se toman decisiones y al otro día nadie las cumple, no hay dinámicas de cumplimiento de acuerdos, en los movimientos sí.
No es un salto, es una llegada a un escenario también para mostrar qué hacemos en los movimientos sociales, cómo lo hacemos, y qué debería aprender la política electoral de los movimientos. Los partidos han irrespetado a los movimientos, los han instrumentalizado. Las agendas de los movimientos no han estado en las agendas de los partidos.
Llegamos con una agenda clara, una agenda ambientalista desde lo popular. No llegamos con un montón de temas. Nuestro tema es el agua. Y desde ese tema pretendemos abordar muchos otros: el agua como eje estructurante del territorio y de la vida, pero también como una perspectiva de la vida. No solo como un asunto material sino una perspectiva donde se pueda mirar todos los ejes, desde la desaparición forzada, como lo hemos trabajando desde el movimiento hace años, hasta los temas propiamente ambientales, como migración de especies, sequías, contaminación, privatización. Incluso lo más general, que es el tema de cambio climático o crisis planetaria.
«Los movimientos sociales decidimos entrar al Pacto para construir un programa nacional desde los conocimientos territoriales».
Pareciera que el Pacto Histórico está dándole una primacía en decisiones al movimiento social por encima de los partidos políticos. ¿Hay una apuesta más fuerte por atraer a los movimientos que a los partidos?
Tendría que ser así, pero no lo es. Además, esa fue la promesa con la que arranca el Pacto Histórico. Un pacto entre nosotros para después pactar con el diferente, con el otro. Ese otro es el que ha hecho daño, es el contradictor.
Evidentemente no es un pacto entre partidos, nos dijeron que era con los movimientos sociales, las ciudadanías libres y las diferentes expresiones de la sociedad. Eso todavía está por realizarse, es el mensaje y todavía es una promesa. Eso solamente se va a probar en el orden de la lista cerrada. De nada vale si se habla del movimiento, pero no se nota en la práctica. Porque podrían hablar mucho del papel del movimiento, pero decir que los candidatos de los movimientos están después del puesto 50 de la lista. Sencillamente habrá sido una mentira.
En los debates y reuniones que se tienen al interior del Pacto hay un predominio de las voces de los partidos, mencionando al movimiento, pero sin todavía estar el movimiento. Algunos de los que estamos tenemos voz, pero somos minoría frente a los partidos. Eso también se debe al manejo de los temas y a la experiencia que tienen los partidos. Ellos tienen la pragmática de la política electoral, los movimientos sociales no la tenemos.
Eso se notó en la discusión de si lista abierta o cerrada, ese debate fue entre partidos. Nuestra opinión era que no entendíamos muy bien, que estábamos aprendiendo y que nos explicaran. Pero había mucho más sentido en que ellos fueran los que dieran la discusión, porque nosotros todavía no sabemos nada de eso…
Los movimientos sociales decidimos entrar al Pacto para construir un programa nacional desde los conocimientos territoriales. El sistema político colombiano no tiene espacio para los movimientos, la grandeza del pacto, y lo “histórico” del pacto, es dar a los movimientos la posibilidad de luchar desde ese lugar de la política de donde siempre hemos sido excluidos. Sabemos que no es fácil, que es complejo el proceso, pero día a día vamos construyendo nuevas formas de hacer política, vamos ampliando la democracia, vamos abriendo espacio para todos en la política nacional. Ese es el gran logro y lo estamos haciendo, con sus discusiones, debates, etc. El Pacto Histórico debe reconocer la diferencia en la unidad, debe reconocer que los movimientos somos diferentes de los partidos pero que estamos en unidad para ganar.
Muchos todavía no han entrado a la institucionalidad…
Muchos estaban ahí. Por ejemplo, el movimiento comunal puso su lugar en términos de esta discusión. Estaba la USO, centrales obreras como la CUT estaban poniendo su planteamiento, estaba Soy Porque Somos…
Sí había movimientos, lo que pasa es que se nota en el debate, ya cuando se hicieron encuestas y análisis, que los partidos eran los que más participaban, ahí estaba el Polo Democrático, Colombia Humana – UP, Fuerza de la Paz, MAIS, entre otras. Por ejemplo, entre MAIS había distintas posiciones al interior, los indígenas estaban por una apuesta por la lista abierta y los de CH en el MAIS apoyaban la lista cerrada, los de la Unión Patriótica también. Las opiniones de otros sectores eran mínimas, y no porque no nos hayan dado espacio, es que era cuestión de experiencia. Además, esto es un experimento inédito en el país. Igual el espacio se abrió y la discusión se dio.
En ese debate estábamos escuchando ambas posturas, en nuestro caso no tomamos parte. Definitivamente fue un debate muy interesante liderado por los partidos.
En el debate de la construcción de lo programático sí ha habido más participación de los movimientos. Eso en razón de los temas. Se nota que los movimientos nos hemos dedicado a los programático en el Pacto. Cuando son en asunto organizativos sí estamos todos.
Yo no creo que se les haya dado una preponderancia a los movimientos, hasta hora. Tampoco creo que a las mujeres, porque somos pocas las que estamos liderando movimientos y partidos en el Pacto.
¿Por qué lanzarse al Senado y no a la Cámara?
Eso fue un debate al interior del movimiento. El primer argumento fue el de la experiencia. Esto lo que nos ha demostrado en Antioquia es que nosotros no pudimos avanzar en el proceso sino hasta que salimos de la región. Toda la experiencia en materia de protección de derechos, de avance en procesos judiciales e incidencia, se dio cuando salimos de Antioquia. Y desde afuera del departamento, desde lo nacional y lo internacional, se ejerció presión sobre Antioquia, porque acá hay unos mecanismos de coerción y unas fuerzas grandes.
Nuestro primer argumento para ir a Senado es por lo riesgoso de esa apuesta para la vida y la integridad física de los integrantes de nuestro movimiento. Al ir al Senado se crea una protección con los aliados nacionales e internacionales. Nuestra postura en contra del sistema nos pone en riesgo.
Otra razón fue por asuntos programáticos. El tema propio del movimiento es la libertad de los ríos, y eso no tiene fronteras, necesitamos que sea un tema nacional. Hidroituango no es regional, el problema de la represas no es solo regional, la contaminación hídrica no solo es regional. La carga contaminante del Rio Cauca no solo depende de Antioquia, y la tenemos que soportar acá. Para resolverla hay que intervenir la cuenca completa, pero sobre todo en Valle del Cauca y el recorrido por Marmato. El objetivo temático en el que queremos incidir no se va a lograr con una perspectiva más regional.
El último asunto es que la red de aliados del movimiento sí tiene un carácter más nacional. A nosotros nos ha costado tejer en Antioquia porque EPM tiene un poderío muy grande. A nosotros nos han cerrado espacios en Medellín, no nos prestan espacios. Costó incluso un espacio con la UdeA por sus convenios, lo mismo con universidades privadas.
Las críticas que le hacen a su trabajo es que la base social suya no está en los municipios aledaños al proyecto de Hidroituango, ¿esto también influye para decidir lanzarse al Senado y no a la Cámara?
No, yo creo que eso tiene otra razón de ser. Parte de eso es porque los municipios de la zona de influencia EPM ha hecho un trabajo decidido. En las regiones ha tenido una intervención clara, al punto que contrata líderes. Contrata a muchas personas de la región para trabajar en la obra y directamente en EPM, y otras para que trabajen en su labor de liderazgo. EPM tiene contratado líderes sociales, eso es muy complejo porque es toda una tarea decidida para estar en contra de la resistencia. Casi que están contratados para decir lo contrario de lo que diga Ríos Vivos. Y Ríos Vivos es una base social firme, ha sido la misma desde hace un montón de años. Somos 15 organizaciones sociales de pescadores, agricultores, mujeres, entre otras, en zona de influencia de Hidroituango. Estas organizaciones estamos en el Cañón del Río Cauca, no estamos en un solo municipio. Pero a veces solo se escucha el nombre Ituango, por el nombre de la obra. Pero por ejemplo el municipio que más sostiene la obra es Briceño.
En la organización hay muy pocas personas del casco urbano, porque la mayor población afectada por la obra es de la ruralidad, pero la gente que se ha beneficiado de alguna forma es del casco urbano, por el comercio, los hoteles, los restaurantes, etc. Entonces hay una diferencia en términos de las afectaciones, la perdida de los medios de vida y subsistencia de la gente que dependía completa o parcialmente del río a gente que no dependía y no tenía relación con el río. Las afectaciones son distintas.
Pasa mucho que la gente del casco urbano hace críticas que se escuchan más que las movilizaciones que nosotros hacemos porque sale gente de las montañas a movilizarse. El movimiento de nosotros ha hecho una construcción desde procesos de ruralidad. Hoy las críticas que más se escuchan son de sectores afines al fajardismo, personajes como Esteban Úsuga, que trabajó 3 años en Hidroituango porque lo puso Fajardo. Las criticas vienen de esas posturas y de esos sectores. También un concejal de Valdivia que su planteamiento es «no se puede pensar que solo está Ríos Vivos en el territorio, entonces yo también debo hacer algo en el territorio para notarme, y hace oposición a Ríos Vivos». Él ha trabajado con la empresa, y estuvo contratado por eso que llaman Dialogo Social y Dialogo por los líderes, entonces les pagan un dinero mensual.
La otra crítica es que yo no vivo en Ituango. Vivir allí es peligroso para mí, pero ahí vive mi familia y voy a cada rato.
«No puede haber más víctimas del desarrollo en este país».
¿Qué podrían esperar los colombianos de usted si llega al Senado?
Que esa experiencia de más de 12 años de lucha en defensa del agua aumente la postura de la posibilidad de un control político frente a estos proyectos mega energéticos y de agro-industria que afectan al río. Eso es lo que hacemos los movimientos, nosotros hacemos ejercicios de control por medio de los mecanismos de control.
La apuesta es parar el daño ambiental, reparar lo que ya dañaron y prevenir que no se siga dañando. Esas son las tres líneas con las que hemos venido trabajando. Es lo que hemos venido planteando con Hidroituango, que se están generando unos daños que hay que parar. No puede haber más víctimas del desarrollo en este país.
También tenemos agenda en materia legislativa, de leyes propias que han venido construyendo un montón de organizaciones sociales en el país y que nadie recoge. Lo que hay que hacer es recoger la experiencia de toda esta gente luchadora que protege el ecosistema colombiano.
¿Quién es tu candidato presidencial dentro del Pacto Histórico?
Gustavo Petro.
¿Vas a tener formula en Antioquia?
La idea es apoyar a todo el Pacto Histórico. Esa es una de las ventajas de la lista cerrada, que todos apoyemos de forma decidida el Pacto en todos los lugares del país.
A partir de lo que mencionas, entonces estás a favor de que cierren la lista en Antioquia…
Es difícil. Uno buscaría la coherencia, nosotros no tuvimos postura a nivel nacional porque somos neófitos en los asuntos de la política electoral. Pero sí creemos que si ya se eligió en el colegio electoral, deberíamos tener una lista cerrada en Antioquia y en otros departamentos. Y más porque Antioquia tiene un peso grandísimo en el concierto nacional y en lo que tiene que ver con la presidencia.
La apuesta que deberíamos tener en Antioquia debería juntarnos a todos y a todas en una lista cerrada que nos de mayores posibilidades de tener más representantes a la Cámara, pues no tenemos ninguno de este lado, porque el MOIR claramente no lo es.
Realmente la lista abierta sí tiene una lógica individualista, que es importante para la competencia y la motivación, pero que en este momento tenemos que saber lo que significa Antioquia para la presencia. En Bogotá decíamos que nuestro sueño loco es que lleguen 4 personas de Antioquia.
Por último, ¿un libro que recomiendes para entender a Colombia?
¡Uy, dios mío!… para entender a Colombia…
¿O todavía no se ha escrito?
Yo creo que todavía no lo han escrito. Tenemos una historia terriblemente fragmentada…
«El neoliberalismo es volver toda la vida cotidiana un asunto económico, mercantilizar la vida y la naturaleza».
Entonces un libro que le recomiendes a los lectores…
Acabo de leer uno absolutamente maravilloso El pueblo sin atributos: La secreta revolución del neoliberalismo de Wendy Brown.
Hay una discusión, incluso desde el Pacto, muy molesta para mí, y es que yo le he venido haciendo seguimiento a los conceptos de gobernanza y cómo los consensos no pueden eliminar la diversidad y la individualidad, y ese libro deja absolutamente claro como el concepto de gobernanza está íntimamente ligada al neoliberalismo. Cuando aclaramos los conceptos, no permitimos que el Banco Mundial se apropie de la vida cotidiana, como lo ha querido hacer. A través de darle claridad a los conceptos, tenemos la claridad necesaria para volver y recuperar lo que nos corresponde, que es el hombre político, no económico. El neoliberalismo es volver toda la vida cotidiana un asunto económico, mercantilizar la vida y la naturaleza. El libro lo muestra y por eso me gustó mucho.
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