
“Los altos niveles de estrés que puede producir una vida mayormente dedicada al trabajo sin desconectar nos bajan las defensas y nos enferman y luego no seremos productivos ni creativos”.
Los estoicos plantean que una persona virtuosa es aquella que encuentra el perfecto equilibrio o el justo medio en sus acciones; por ejemplo, una persona humilde es aquella que no se deja someter, pero tampoco está alardeando de sus logros y mucho menos trata con arrogancia o desprecio a los demás. Para los estoicos, una vida plena y feliz se basa en disfrutar del presente, gozar de lo simple y tener ese balance entre lo personal, laboral y familiar.
Sobre eso habla Carlos Raúl Yepes, ex presidente de Bancolombia, en su libro Por otro camino, de regreso a lo humano. Allí cuenta cómo le puso su sello al banco más grande del país para que fuera un banco centrado en lo humano, sin dejar de ser rentable desde lo económico y que su propósito de le “estamos poniendo el alma” se materializara.
Después de una vida exitosa desde lo profesional, Carlos Raúl decidió hacerse a un lado de la presidencia de Bancolombia por las graves complicaciones de salud que estaba sufriendo y que eran más agudas y reiterativas cuando estaba bajo altos niveles de estrés. Incluso cuenta que estando en sus 30’s, fue operado por primera vez de una cirugía de corazón abierto, y como presidente de Bancolombia, pasó varios meses hospitalizado.
“Ni tanto que queme el santo ni tan poco que no lo alumbre” es otra frase que resume ese pensamiento estoico de actuar siempre con justa medida, para que el cuerpo y la salud no nos cobren los excesos después.
Entendiendo eso es que muchas empresas han empezado a implementar acciones que buscan que sus empleados tengan ese equilibrio, Yepes, que renunció a la presidencia de Bancolombia en el 2016, hace más de 9 años, lideró en ese entonces iniciativas que buscaban ese propósito como reducir la jornada laboral de los viernes hasta las 4pm; adecuar espacios de ocio en las oficinas; reconocer a los empleados más destacados por sus valores y no sólo por su capacidad técnica; llevar a las familias de los empleados a conocer el banco y el trabajo que desempeñaban sus parientes, entre otras.
Nueve años después, y con la enseñanza del Covid-19, las empresas también se dieron cuenta de que podían implementar trabajo desde casa haciendo que los empleados se ahorraran los tiempos de desplazamiento y mejoraran la calidad de tiempo para sí mismos y sus familias y por tanto su calidad de vida; también se dieron cuenta que más horas de trabajo no necesariamente se traduce en mayor productividad y por eso han empezado a reducir voluntariamente la jornada laboral. Hay empresas que tienen jornada laboral de lunes a jueves y otras que trabajan hasta el viernes hasta mediodía y eso sin duda alguna, sí mejora la vida de las personas y reduce los niveles de estrés.
Los altos niveles de estrés que puede producir una vida mayormente dedicada al trabajo sin desconectar nos bajan las defensas y nos enferman y luego no seremos productivos ni creativos; el trabajo debe ser un vehículo para disfrutar la vida y no una tortura para nuestra salud porque si no, qué sentido tiene dedicar la mayor parte de nuestro tiempo a trabajar, si al final no podemos disfrutar de los diversos placeres y maravillas de la vida.
Es una de las lecciones que comparte Carlos Raúl Yepes en su texto, y uno de sus aprendizajes en su exitosa carrera. Vivamos en justa medida. En equilibrio.
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