¿Te suena esta fotografía? Tiene que ver con anular un gol… por los cojones de un jeque.
El Mundial de Rusia 2018 ha terminado por fin, para gloria de Francia y Vladimir Putin, y para descanso de todos aquellos que estaban hasta el gorro de tanto fútbol. Una brasa que ha parecido ser una venganza directa por la dada por aquellos que desayunaban, comían y cenaban hablando de OT (aunque hay quien comparte ambos gustos cansinos).
En cualquier caso, ya van 21 ediciones de la Copa del Mundo de la FIFA, y con ellas numerosos y curiosos datos que se han ido acumulando desde que se celebrase en 1930 su primera edición. Vamos a hacer un repaso de algunos de ellos.
El manco divino de Uruguay
En el primer Mundial, el de Uruguay de 1930, jugó para la selección anfitriona Héctor Castro, un jugador que había perdido un brazo poco antes en un accidente. Pero el tío no solo jugó, sino que también marcó el último gol que hizo ganar el campeonato a los charrúas frente a Argentina. La poesía se escribe sola: ganó un manco, y años después ganaría Argentina marcando un gol con la mano. La mano de Dios y el manco divino. Dos formas de hacer las cosas.
Para portero no valía, pero como delantero el mejor.
Fuera de la convocatoria por examen
Manuel Ferreira, capitán de Argentina en el Mundial de 1930, se tuvo que perder el partido de primera ronda contra México porque ese mismo día tenía que presentarse a un examen final de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Por algo Manuel era jugador del Estudiantes de La Plata.
Lo hiciera como lo hiciera, Ferreira se tenía que perder una convocatoria.
Mundialista y colaboracionista
Después del Mundial de 1930, el capitán de la selección francesa, Alexandre Villaplane, no hizo mucho por mantener el aprecio que le tenían. En los años treinta se involucró en varios escándalos de corrupción y apoyó al régimen nazi cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Fue Untersturmführer (jefe de asalto de la SS) y lideró una brigada compuesta por fascistas del Norte de África, que entonces era colonia francesa. Apodado “SS Mohammed”, fue fusilado en 1944 por miembros de la resistencia. Eso sí que es caer por la pena máxima.
Cuando Mussolini compró un Mundial para Italia
Como ya contamos, Mussolini influyó directamente en la consecución del primer Mundial para Italia de una manera un tanto camorrista. Varios jugadores azzurri reconocieron haber jugado la final bajo amenazas del Duce. El nacionalizado Monti declaró: “En 1930, en Uruguay, me querían matar si ganaba, y en Italia, cuatro años más tarde, si perdía”.
Cuando lo de ganar a la italiana era bastante más extremo.
Esconde la copa que vienen los nazis
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ottorino Barassi, presidente de la Federación Italiana y vicepresidente de la FIFA, sacó de un banco de Roma el trofeo (conocido como Copa Jules Rimet, en honor al presidente de la FIFA) y se lo llevó a su casa. Allí lo tuvo escondido dentro de una caja de zapatos debajo de su cama para evitar que se la llevasen los nazis.
La antigua Copa del Mundo: una señora con un barreño en la cabeza.
Cuando un arbitro anticomunista le robó el partido a la URSS
En Chile 1962, a 22 minutos del final del partido URSS – Colombia, el marcador reflejaba un abultado 4-1 a favor de los soviéticos. De pronto, en esos minutos finales, Colombia empezó a encontrarse con una serie de extrañas facilidades en el desarrollo del juego que hizo posible lo imposible: que el partido terminase en empate. Años después, el árbitro brasileño de aquel partido, Joao Etzel Filho, árbitro del partido, cantó: “Yo empaté aquel partido. Soy descendiente de húngaros y odio a los rusos desde la invasión de Hungría de 1956”. Para que luego nos quejemos de Al-Ghandour.
El jeque de Kuwait que anuló un gol
El Mundial de España 82 nos dejó una de las imágenes más surrealistas de la historia de los mundiales. En el partido Francia – Kuwait, el marcador reflejaba un 3 – 1 a favor de los gabachos cuando un pitido proveniente de la grada hizo que el conjunto kuwaití se parara un instante, la jugada continuó y el jugador Alain Giresse marcó el cuarto para su equipo. A partir de este momento se armó la marimorena. Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano del emir de Kuwait y presidente de la Asociación de Fútbol de Kuwait, comenzó a hacer gestos a sus compatriotas futbolistas indicándoles que se retirasen. No estaba dispuesto a tolerar que, a su parecer, le robaran el partido con ese injusto gol. El lío en el palco fue a mayores y el jeque decidió bajar a pie de campo para tratar in situ el problema. La Guardia Civil no le impidió que pisase el césped y amedrentara al colegiado ruso que dirigía el encuentro. Y lo consiguió, pues anuló el tanto.
La vergüenza de Gijón:
En España 82 se produjo uno de los amaños más sonados de la historia de los mundiales. Alemania y Austria protagonizaron en el Estadio del Molinón un bochornoso partido en el que los alpinos se dejaron ganar por un gol a ceropara que sus vecinos alemanes pudieran pasar de ronda en detrimento de una Argelia que precisamente había derrotado a los teutones. Austria encajó el gol a los pocos minutos de juego y el resto del partido fue una tregua anodina en la que se pasaban la pelota sin agredirse lo más mínimo. Este Anschluss futbolístico sería recordado como la “Vergüenza de Gijón”.
“Misión cumplida. Hitler estaría orgulloso de nosotros”
Terapia con leones para Camerún
La morriña es muy mala y la gran Camerún de Italia 90 parece ser que la sufrió. Según se cuenta, al llegar a la ciudad de Brindisi, donde se alojaban, le pidieron a la directiva cambiar de hotel a la ciudad de Fasano, que tenía al lado un zoológico. Al parecer, estar más cerca de leones y de otros animales africanos les hacía estar como en casa. “El ambiente no es africano pero ayuda para no extrañar a la familia ni a nuestro paisaje”, dijo el defensor Emmanuel Kunde.
La gran actuación teatral de Corea del Norte
En Sudáfrica 2010, donde el “Iniesta de mi vida”, la hermética Corea del Norte participaba en un Mundial tras 44 años sin hacerlo. En su primer partido contra la todopoderosa canarinha de Kaká y compañía, se vio arropada en la grada por algo más de un centenar de compatriotas que animaban incesantemente. O al menos eso es lo que parecía, ya que realmente se trataban de figurantes chinos contratos por el gobierno de Corea del Norte para hacer el paripé.
Información extraída de Semana, ABC y 20Minutos. Imágenes de Mundo Deportivo, Marca, Wikimedia, Pamboleros.com y Público.
Via: Strambotic